Por supuesto, por parte de todos. Por parte de nuestros dirigentes políticos, a nivel de la Comunidad de Madrid y de gobierno central, pero también es momento de la responsabilidad individual: del lavado de manos, del distanciamiento social y del uso de la mascarilla.
Si bien es cierto que la situación parece más grave en Aragón y en Cataluña, donde ha habido transmisión comunitaria, Madrid tuvo el triste honor de colocarse como la segunda comunidad en número de nuevos casos el jueves pasado, cuando se incorporaron un total de 442 casos al registro, de los cuales 225 correspondieron a un período de 24 horas. Desde entonces los brotes han seguido multiplicándose, y durante esta semana se ha llegado a un total de 22 focos detectados.
Como ciudadanos deberíamos estar informados de que recientemente se ha presentado una nueva batería de medidas anti-covid-19. Las más destacada es, quizás, que nos unimos al resto de las comunidades en la obligatoriedad de la mascarilla, que ahora hay que usar en todo tipo de espacios, abiertos y cerrados, independientemente de que se pueda mantener la distancia de seguridad interpersonal.
¿Y qué hay de las administraciones públicas? Si se confirma que hay una segunda oleada van a ser necesarias varias cosas: por un lado que se rastree más y mejor, y por otro que dispongamos del máximo de recursos, (camas, personal, centros), para lo cual la colaboración público-privada va a ser más necesaria que nunca, y sería importante que se haga de forma planificada y no como fruto de la improvisación.
Y no hablamos solamente de Madrid, ya que actualmente toda España se encuentra a la cola europea en cuanto a colaboración sanitaria público-privada. Cuando en la primera ola del coronavirus se puso en marcha la colaboración se hizo desde una óptica de imposición, cuando ya la sanidad privada se había puesto a disposición del interés general, lo que provocó fallos organizativos, con recursos preparados para recibir a enfermos de covid-19 que finalmente no fueron usados, a la vez que se ponían en marcha hospitales de campaña.
Según ha destacado Carlos Rus, presidente de la Alianza de Sanidad Privada Española (ASPE) hay diferencias significativas entre lo que se ha hecho en España donde no hay homogeneidad entre comunidades, y las claras fórmulas de colaboración que se han estimulado en países como Francia, Alemania y Reino Unido, donde se ha buscado primar el correcto servicio al ciudadano en el marco de la pandemia que sufrimos.
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