Ya se ha hecho pública la información sobre las listas de espera del Sistema Nacional de Salud correspondientes al segundo trimestre de 2020, lo que incluye datos sobre los sistemas sanitarios de las 17 Comunidades Autónomas, Ceuta y Melilla. Los fanáticos de los datos, o aquellos que simplemente prefieran sacar conclusiones por sí mismos, pueden consultarlos en la web del Ministerio de Sanidad, antes de echar un vistazo a los números que entresacan los diversos medios de comunicación.
Antes de centrarse en los datos de Madrid el lector puede pasarse por cualquiera de las notas de prensa que libera Europa Press para las diferentes comunidades autónomas y hacerse una idea con una “foto fija resumen” de la situación en España, que presenta unos datos bastante asimétricos. Por ejemplo, si nos referimos al tiempo medio de espera para someterse a una intervención quirúrgica en la sanidad pública, la media española es de 148 días, lo que se traduce en 685.175 pacientes en lista de espera para someterse a una operación. Son 26 días más que la cifra obtenida un año antes, en diciembre de 2019, ya que el año 2020 inevitablemente se ha visto muy influido por la crisis sanitaria del coronavirus.
Evidentemente hay comunidades autónomas que están peor que la media, destacando como farolillo rojo Castilla La Mancha, con 286 días de espera y 38.956 pacientes. Madrid está bastante mejor que la media, con 80 días de espera y 64.558 pacientes, aunque como siempre hay que aspirar a los mejores datos habría que mencionar que hay cuatro comunidades autónomas que mejoran esta cifra.
Centrándose en datos de la Comunidad de Madrid, si el lector se detiene en las listas de espera de las consultas externas podrá ver que la situación es similar. Los 41 días de espera de un madrileño mejoran ostensiblemente los 152 que tiene que esperar un ciudadano catalán o los 147 que lo ha de hacer un paciente aragonés. Y tan solo hay tres comunidades con un dato ligeramente mejor que el de Madrid.
Las cifras, estos resultados mejores que la media en la Comunidad de Madrid, no son un hecho aislado, sino que confirman una tendencia que ya se observaba hace un par de años, y que aunque se ha desviado a causa del coronavirus no se ha quebrado. Sin duda, puede haber diversas fórmulas para alcanzarlas, y a partir de ahora seguir mejorándolas, pero el modelo que se sigue aquí ha sido el de la gestión indirecta, un tipo de colaboración público-privada que nada tiene que ver con las privatizaciones, y que ha demostrado en numerosas ocasiones que puede servir para reducir las listas de espera a la vez que supone un ahorro de dinero para las arcas públicas madrileñas. Basta con ver lo que ocurrió en Alzira cuando la Comunidad Valenciana abandonó este modelo, como ahora quiere hacer de nuevo en Torrevieja. Veremos los resultados.
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