miércoles, 21 de marzo de 2018

De financiación del sistema sanitario para ayudar en la búsqueda de su sostenibilidad


En el artículo "Déficit 2017: en manos de los ayuntamientos", de ya hace un tiempo, y más allá de la esperanza para no caer en el déficit dependía de como ajustasen sus presupuestos los organismos públicos locales, se podía leer al final del texto lo siguiente:  
"España se encuentra entre los países de la UE con menor gasto en sanidad, educación y dependencia. Estos bajos niveles parecen insostenibles ya que se espera que la sociedad española envejezca de forma considerable en los próximos ejercicios. Por eso creemos, que la forma adecuada de resolver nuestra crisis fiscal es con un incremento permanente de los ingresos."
Esa referencia a la insostenibilidad del sistema por el envejecimiento de la población (menor inversión o gasto en sanidad, por ejemplo) y a los ingresos, me hace pensar en la cronicidad de los pacientes y en el incremento de los recursos necesarios para hacerlos frente (o sostenible, si usamos la palabra clave), pese a que algún estudio no vea determinante el envejecimiento de la población para la sostenibilidad del sistema sanitario y sí lo achaque en cambio a otros factores que ya hemos comentado alguna vez por aquí relacionadas con la transparencia y cómo se usen (no creo que la tecnología sea un problema, más bien todo lo contrario).

Los recursos vienen vía inversión y eso, o se hace con gasto público o con aportaciones de la sanidad privada para cubrir esas necesidades, si no lo financiamos de alguna manera... el sistema dará problemas. Tomemos como ejemplo el copago y la financiación de las vacunas.

Partamos de una realidad: dado el envejecimiento de la población y el aumento de una mayor incidencia de las enfermedades crónicas (por tanto, algo tendrá que ver, ¿no?), las vacunas ganan importancia para buscar la sostenibilidad del sistema sanitario. Eso en el caso español es vital, y más si los especialistas refrendan que es fundamental acceder a las vacunas como una herramienta básica para garantizar la sostenibilidad y que solo es posible con un sistema de financiación adecuado. Resumiendo, encontrar el término medio: el copago (o las vacunas se financian al 100% por la sanidad pública o se dejan completamente al ámbito privado) como única opción posible.

Mientras los políticos toman decisiones, o se ponen de acuerdo para pintar un término medio, la realidad de los datos nos dibuja un panorama pesimista en la gestión de las vacunas, ya que su inversión, la de las vacunas, dentro del presupuesto sanitario español va a la baja. ¿Qué queda? Tirar del copago para ayudar a estudiar otros modelos intermedios y no dejar el sistema parado, con todo lo que implica si esto última pasa: tener más enfermos, suban las listas de espera, se retuerza la sanidad, y tiemble la sostenibilidad.

Lo único que debe importarnos es la herencia que dejemos a las futuras generaciones, y sin sostenibilidad, nos acordaremos un día de ese sistema sanitario que no estaba saturado, que se pudo arreglar y que entre unos y otros no quisieron hacerlo por no ponerse de acuerdo y pedir ayuda (lo público) a quien puede darla (lo privado).