martes, 14 de mayo de 2019

Mensajes interesados contra la sostenibilidad del sistema sanitario

En los últimos días hemos asistido a la difusión de unas declaraciones del consejero delegado de Fresenius,  Stephan Sturm, quien dijo preferir que la derecha continue gobernando en la Comunidad de Madrid tras las elecciones autonómicas y municipales del próximo 26 de mayo. Las palabras de Sturm, que se enmarcan en una conferencia con analistas para evaluar, entre otros temas, el impacto de la situación política sobre el sistema sanitario, fueron más tarde aprovechadas para criticar el modelo de colaboración público-privada en la Sanidad española, un sistema que ha dado muestras de ser sostenible y beneficioso para ambas partes.

La sentencia, además de difamatoria y de extrema gravedad, vuelve a poner de relieve el interés constante por parte de determinados perfiles de echar por tierra un modelo sanitario que, a través de la colaboración puntual con la empresa privada, ha logrado generar un ecosistema eficiente en la Comunidad de Madrid y que, a menudo, se utiliza como referencia en el resto de España y Europa.

Dice una noticia de Eldiario.es en este sentido que Fresenius aumentará este año sus ventas y mantendrá su beneficio, habiendo obtenido un crecimiento del 9%. La afirmación, positiva sin duda para la compañía, se condena en el medio de comunicación intentando, con ello, dar a entender que dicho beneficio se debe a determinados “chanchullos” con líderes políticos. A decir verdad, resulta cuanto menos indecente que un medio de comunicación que se presupone serio se dedique a lanzar soflamas del todo infundadas y a achacar los beneficios de un grupo empresarial a la corrupción política. Sin datos ni pruebas, las declaraciones de Stephan Sturn han venido como anillo al dedo a quienes, con fines claramente partidistas, pretenden maquillar la realidad y hacer ver que el sistema sanitario público no funciona bien por culpa de los conciertos con la sanidad privada.

Durante la campaña electoral para el 28A fueron varios los políticos que se encargaron de prometer la sanidad universal y el fin de la colaboración entre los sistemas público y privado.  Demonizar cualquier colaboración público-privada está de moda, de ahí que algunos sectores  utilicen la primera declaración fuera de contexto que tengan a mano para favorecer un interés que, lejos de mítines políticos y especulaciones en Twitter, no tiene ningún sentido.

Precisamente la Comunidad de Madrid cuenta con un sistema sanitario puntero y en el que las listas de espera son mínimas. Entre los hospitales de referencia, la Fundación Jiménez Díaz suele llevarse los honores en todas las clasificaciones gracias a su impoluta gestión y trato al paciente. El centro hospitalario, sin embargo, no para de copar titulares de prensa que echan por tierra el trabajo de los centenares de profesionales que trabajan tras sus puertas.



En Madrid el tiempo medio para una intervención quirúrgica se sitúa en 47 días, muy por debajo de una media nacional de 93. Pareciera, a tenor de las últimas informaciones, que la derecha trabaja sin descanso por privatizar la sanidad y hundir el SNS. Si esto fuera así, ¿por qué la tabla de mejores centros la lideran hospitales públicos de referencia, como La Paz o el 12 de Octubre? ¿En qué quedamos? Fijémonos en hechos y no en titulares infundados, ni en ideales que de momento no pueden cumplirse. Los hechos son claros: con determinados gobiernos, la sanidad se convierte en uno de los pilares del Estado de Derecho y pone al paciente entre sus prioridades mientras que, con otros, los ciudadanos se ven relegados a las últimas posiciones en la lista de preocupaciones del ejecutivo de turno. Y, si no, pregunten a los andaluces qué valoración hacen de la gestión sanitaria en los últimos años.


En algunas regiones, el modelo de colaboración público-privada ha servido para aligerar listas de espera interminables y acelerar el diagnóstico de pacientes que llevaban demasiado tiempo esperando. La Sanidad es el mayor pilar del estado de bienestar y hay que defenderlo. Ojalá en los próximo años la inversión crezca y nuestros hospitales no estén colapsados ni los médicos saturados. Mientras tanto, es una buena solución que el Estado se apoye en otros modelos para solucionar sus problemas.

Demagogia barata es demonizar lo privado sin tener en cuenta su servicio público. Por supuesto que estas empresas generan beneficios gracias a sus conciertos con centros públicos, ¿cuál es el problema? ¿No salimos ganando todos? Quizá se le olvida a determinados políticos que la Comunidad de Madrid tiene un sistema sanitario eficiente invirtiendo en él mucho menos que otras regiones que, con mayor gasto, no dan solución a todos sus problemas.


Asegura eldiario.es que el grupo Fresenius ha cobrado más de la cuenta del gobierno regional. Aunque habrá que esperar a las explicaciones oportunas por parte de determinados responsables, Sanidad ya ha informado de que las cantidades corresponden a un retraso en los pagos y, como tal, figura en las cuentas de la compañía alemana. Un error del gobierno que se aprovecha para ensuciar una vez más la labor del grupo y de hospitales como el Jiménez Díaz. No es la primera vez que la cabecera de izquierdas se sirve de un dato no contrastado para echar por tierra la labor de estos profesionales. En septiembre de 2018, el rotativo ya mostró un informe del Tribunal de Cuentas que ponía de relieve el sobrecoste de la Fundación, aunque no contó a sus lectores que el documento era un borrador previo sobre el que se interpusieron varias reclamaciones por errores evidentes. Incluso los gestores de varios hospitales públicos cargaron contra un informe que distaba de la realidad y cuya contabilidad no era fiable.

Los conciertos público-privados han demostrado sus claros beneficios para el SNS. Vincular una preferencia política a la corrupción o denunciar un presunto desvío de fondos a empresas privadas es grave, mucho más si tenemos en cuenta que en poco más de diez días habrá




No hay comentarios:

Publicar un comentario