El Estudio de Salud de la ciudad de Madrid 2018 arroja unas conclusiones que dan mucho que pensar sobre la salud de los que vivimos en la capital: contaminación, hábitos alimenticios y, el gran desconocido, la salud mental. Por suerte, en los últimos años se ha visibilizado mucho, y menos mal…
La salud
mental ha sido un tema tabú durante muchos años. Se veía como un síntoma de
debilidad. Hoy sabemos que hasta un 10% asegura sentirse solo bastantes veces,
siempre o casi siempre. Esto es un problema muy grave, tanto como los demás que
siempre han sido parte de la conversación. Esperamos que las instituciones
pertinentes reaccionen ante estos datos y a partir de ahora se tenga en cuenta
como es debido.
Aunque este sea el más destacable, la lista de
problemas no es precisamente corta: enfermedades crónicas, aumento del número
de alérgicos e intensidad de los ataques, sobrepeso, alcoholismo, gran diferencia de calidad de vida entre los
diferentes distritos… un asunto para nada fácil en el que el SNS juega un
papel clave.
Sabiendo el estado actual y la capacidad de
cada uno, ¿por qué no invertir con cabeza los recursos? ¿Permitirá el gobierno
central una cooperación entre los distintos modelos para conseguirlo? ¿Y el
autonómico? Solo esperamos que los cambios políticos no interfieran con el
objetivo común de asegurar la salud de los madrileños.