jueves, 25 de abril de 2019

Una cita decisiva para el futuro de la Sanidad


La del próximo 28 de abril es una jornada decisiva. Como en todo proceso electoral, nos jugamos mucho y del partido vencedor dependerá en buena parte nuestra estabilidad en escenarios vitales como la educación, dependencia y, claro está, la sanidad. Este último aspecto, lamentablemente, ha estado poco presente en los últimos debates electorales emitidos en televisión y algunos de nuestros políticos se han limitado ha la demagogia fácil sin esgrimir propuestas concretas que nos den soluciones.


De lo poco que se ha hablado sobre Sanidad enesta campaña el ciudadano puede quedarse con algunas propuestas interesantes, como la tarjeta única que ha prometido Albert Rivera y que, aunque la ministra Carcedo afirma que ya existe, supone un servicio básico y necesario. Si bien es cierto que un paciente madrileño podría ser atendido en un hospital gaditano, el hecho de disponer de una tarjeta unificada nos ahorraría quebraderos de cabeza y burocracia absurda, del todo innecesaria cuando un problema de salud nos impide pensar con claridad. Pablo Casado, por su parte, se ha comprometido a aligerar las listas de espera y a que ningún ciudadano espere más de 30 días para realizar pruebas diagnósticas. Esperemos que cumpla su promesa pues, aunque parezca radical la siguiente afirmación, debemos recordar que la espera es vital para la cura de determinadas dolencias y que una excesiva demora puede resultar irremediable para el paciente.



Tomémonos esto en serio, por favor. El señor Sánchez ha defendido una sanidad universal y mejora de las condiciones de nuestros profesionales, algo que el sector viene reclamando desde hace tiempo. Sin embargo, ni una palabra del PSOE sobre las listas de espera ni sobre el fraude de Susana Díaz con los pacientes ocultos del SAS, donde el actual Ejecutivo ya ha comenzado a tomar medidas. Los médicos, incluso, están operando los sábados para acortar las esperas de los ciudadanos andaluces. Es una vergüenza que el partido de Pedro Sánchez ha pasado por alto en esta campaña. Una disculpa y una alternativa a lo ocurrido habrían sido suficientes e, incluso, les habría llevado a arañar votos.


Podemos, en su línea, se ha limitado a defender a ultranza la Sanidad Pública, algo que todos hacemos porque ¿cómo no vamos a defender nuestro sistema sanitario si es lo más importante que tenemos? La diferencia es que el líder de Unidas Podemos pide un veto de forma drástica a la colaboración entre sanidad pública y privada. Estaría bien la propuesta si el señor Iglesias propusiera una alternativa al modelo actual. ¿Cómo aliviaría Podemos las listas de espera en Andalucía entonces? ¿Dejamos a los pacientes a la espera de un diagnóstico o una operación urgente? ¿Les decimos a nuestros médicos que doblen turno y operen los fines de semana a cambio de nada? ¿Mantenemos la precariedad para pacientes y facultativos? Estaría bien haber obtenido alguna solución a los problemas actuales. Prometer es muy bonito, pero de alguna forma habrá que ejecutar las promesas, ¿no?

Pacientes, médicos y demás personal sanitario, como las enfermeras y los celadores, encadenan meses de manifestaciones a la espera de soluciones. Todos queremos una sanidad pública de calidad e independiente, y así se viene defendiendo en las últimas protestas. Votemos con cabeza este domingo. Nos jugamos mucho

***Fuente Gráficos: https://www.epdata.es/datos/listas-espera-sanidad-publica/24/espana/106


miércoles, 17 de abril de 2019

Promesas electorales sobre Sanidad de cara al 28-A

Los partidos políticos apuran sus estrategias de cara a las elecciones del próximo 28 de abril y, está claro, que las promesas electorales en asuntos sociales son clave para acercarse al electorado. En materia de Sanidad, los programas de PP, PSOE, Podemos,  Ciudadanos y Vox guardan diferencias sustanciales y, la victoria de uno u otro partido será sin lugar a dudas crucial de cara al funcionamiento de nuestro sistema sanitario. El PSOE, por ejemplo, planifica una renovación del Sistema Nacional de Salud, aunque no menciona entre sus medidas cuáles son sus planes para atajar las listas de espera, uno de los grandes males del sistema.

Sí menciona el partido de Pedro Sanchez una “progresiva incorporación de la atención a la salud bucodental” y afirma que prestará mayor atención a enfermedades raras y discapacidades, así como a los problemas mentales. Se echa de menos en el programa del PSOE un poco más de concreción: se anuncia una mejora de los recursos existentes pero, ¿cómo se llevará a cabo? ¿Qué planes tiene el PSOE, por ejemplo, para aliviar la presión de los médicos de Atención Primaria? La negociación de Carcedo hace unos días con los agentes sanitarios, y de la que se retiró el PP por lo abstracto de las medidas, no ha satisfecho ni siquiera a los profesionales, que ya reclaman alternativas.



En contraposición a esto, el Partido Popular dedica más tiempo a dos cuestiones de vital importancia y que, en los últimos tiempos, están centrando las reclamaciones de los sanitarios: la demora en la atención al paciente y una necesaria mejora de las condiciones laborales. Hablan, los populares, de apoyarse en la sanidad privada y llegar a acuerdos con el fin de que el sistema se beneficie de otros actores que permitan poner solución al problema de la sanidad. Visto que, los presupuestos no dan para más, está claro que son necesarias medidas urgentes para aliviar la presión del sistema. Nuestros médicos no aguantan más, pero tampoco sus pacientes, hastiados de las listas de espera y de las excusas. 
Lo ocurrido en el Hospital de La Paz no puede volver a suceder; ni tampoco podemos ver instalaciones como las del Gregorio Marañón, otro hospital puntero, cayéndose a pedazos. El país avanza y es crucial que nuestro Sistema de Salud avance con él: se requiere investigación, mejor atención al ciudadano, diagnósticos más acertados y listas de espera coherentes que sigan haciendo de la Sanidad Pública una referencia. Visto que los presupuestos han de repartirse y que en España hay otras grandes cuestiones, como la educación y las pensiones, que también requieren medidas urgentes, quizá sería lógico apoyarse en otros recursos a la espera de que la vía de la sanidad pública funcione por sí misma. Esta opción es descartada en sus programas electorales por Podemos y PSOE, que ansían una Sanidad Pública sin concesiones a Hospitales Privados pero, ¿cómo van a lograrlo?


En Ciudadanos, los de Albert Rivera centran su programa sanitario en la igualdad entre Comunidades Autónomas y en garantizar iguales servicios y prestaciones básicas en cualquier lugar de España. Presenta un Plan Nacional de Infraestructuras Sanitarias y un Plan Nacional de Big Data, este último un punto interesante a tenor de la importancia de la tecnología en la salud del ciudadano. La concepción de la formación naranja en cuanto a la inversión en I+D es interesante, así como la estrategia en salud mental, que pretende la incorporación de psicólogos en la atención primaria.

Las promesas electorales de Podemos tampoco son muy concretas, que digamos, en cuanto al mecanismo para conseguir lo que el partido propone. Sí se habla de un incremento de la inversión y se ofrecen promesas como el “fin de la precariedad” en la profesión o un sistema para que nuestros médicos emigrados regresen a España. De entre todas, una promesa importante y, sin duda, ciertamente peligrosa: se eliminan los copagos existentes y se impedirá que haya otros nuevos. Además, prometen dentista gratuito y aligerar las listas de espera. Nada nuevo en el programa de Pablo Iglesias: grandes promesas que poco se sostienen económicamente y un veto sin cesiones a convenios con la sanidad privada, que tanto ha demostrado ayudar al sistema.

En cuanto a las propuestas de Vox, que tampoco el líder del partido, Santiago Abascal, ha desarrollado en exceso, destacan la concepción integral de la Sanidad, con una cartera de servicios única en todo el territorio así como la gestión integral de las listas de espera. El partido, además, eliminaría el acceso gratuito a la Sanidad para inmigrantes ilegales y tan solo cubriría servicios de urgencia.
Vistas las líneas generales de los programas, queda esperar a que en los próximos días (nos separan 13 de las elecciones) los partidos concreten un poco más sus propuestas. En concreto, no estaría de más que partidos como PSOE y Podemos detallaran cómo pretenden conseguir sus propuestas sin minimizar la inversión en otras áreas y en cuánto tiempo pondrían dichas medidas en marcha. Tampoco estaría mal que el señor Sánchez explicara con ahínco lo ocurrido con las listas de espera en Andalucía y se comprometiera, con firmeza, a que su Gobierno jamás volverá a ocultar pacientes con fines electoralistas.

miércoles, 10 de abril de 2019

El ejemplo de la Comunidad de Madrid

Las listas de espera continúan descendiendo en la Comunidad de Madrid. En febrero, la demora media para una intervención quirúrgica se situó en 52 días, frente a los 61 días de media con los que terminó 2018. A tenor de los datos, el Servicio Madrileño de Salud es uno de los mejores de España y, en cuanto a intervenciones quirúrgicas, la región es junto a La Rioja la que presenta menor demora en el Sistema Nacional de Salud.

Analizando la situación, parece claro concluir que en el dato ha influido, y mucho, el hecho de que la
Comunidad de Madrid cuente con centros punteros en los que los tiempos de espera son mínimos. Cuatro de los cinco hospitales de gestión privada con los que cuenta la red pública de la región presentan demoras de entre nueve y catorce días. Especialmente reseñable es el caso de la Fundación Jiménez Díaz, con once días de espera frente a los 64 del 12 de Octubre o el Hospital Ramón y Cajal.

En Andalucía, la actual Junta ha tenido que tomar las riendas del Sistema Andaluz de Salud para intentar acabar con los pacientes que el PSOE ocultó en unas listas de espera manipuladas con fines claramente electoralistas. Jugar con la salud de los pacientes parece no estar lo suficientemente penalizado.

Los ciudadanos vivimos semanas complejas en lo político. En prensa y televisión, nuestros representantes no paran de hacer promesas en determinadas materias que quién sabe si algún día cumplirán. Aunque es algo a lo que estamos acostumbrados, deberíamos intentar evitar entrar en su juego y hacer demagogia con temas tan importantes como la sanidad. Siendo prácticos, el hecho de que los hospitales de gestión privada tengan unas listas de espera tan bajas supone una gran contribución a nuestro sistema sanitario, colapsado y al que aquejan unos males que hay que atajar rápido. Los pacientes necesitan soluciones y, para ello, la inversión es crucial.

La ministra Carcedo, que se erige como una de las grandes bazas del Ejecutivo de Sánchez para arrastrar al electorado con sus planes sobre la Sanidad, ha reconocido que las medidas propuestas por el gabinete no serán inminentes. Los pacientes, sin embargo, no pueden esperar. Tampoco pueden esperar los médicos que se están yendo al extranjero, o aquellos que están mal remunerados y asumen excesivas labores administrativas que repercuten en su labor sanitaria. Puede, señora Carcedo, que cuando queramos atajar el problema sea demasiado tarde.

Por supuesto, la defensa de una sanidad pública de calidad, libre y no politizada, no tiene lugar a la duda, aunque la realidad muestra lo contrario. Así, hasta que la Sanidad llegue a ser así, es preciso ir por el camino más práctico y abrazar las ventajas de otros modelos que están demostrando que ayudan a aliviar el problema de nuestro sistema sanitario. Seguir viendo fotografías como las del Hospital de La Paz, con sus urgencias colapsadas, o recibir noticias como las que nos llegan del Hospital de la Ribera, un auténtico desastre tras una reversión sin ningún tipo de sentido, invita al desánimo.

No nos dejemos llevar por las soflamas políticas y recordemos que lo verdaderamente importante es el ciudadano y su bienestar. Solo así conseguiremos una sanidad pública, de calidad y verdaderamente libre.