viernes, 24 de mayo de 2019

Medidas sanitarias de los partidos de cara al 26-M


Una de las grandes decepciones de la campaña electoral de cara a las elecciones municipales, autonómicas y europeas del próximo 26 de mayo ha sido el poco tiempo que nuestros políticos han destinado a la Sanidad. Los comicios de este domingo serán cruciales para el que, a todas luces, es uno de los pilares de nuestro Estado de Derecho, pero parece que nuestros políticos se empeñan en otros menesteres que, si bien llenan discursos y enfrentamientos frente a la pantalla, carecen de trascendencia para el ciudadano.

Es un ejercicio interesante analizar los programas electorales de los partidos de cara al 26M. Desde Ciudadanos, el candidato de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado ha sorprendido con más medidas de las inicialmente esperadas. Entre otras cosas, plantea una mayor transparencia y auditorías en el Sermas, la inversión en tecnología sanitaria y la despolitización del sistema. El partido presidido por Albert Rivera, además, propone un aumento de camas hospitalarias y una mejor eficiencia de los Recursos Humanos. Las medidas, ambiciosas, pondrían fin sin se cumplieran a parte de los problemas que sufre nuestro sistema sanitario: colapso,maquinaria anticuada, profesionales saturados…
También asegura la formación naranja que potenciará la Atención Primaria, que paró esta semana para reclamar medidas urgentes, y que trabajará en la formación de profesionales para identificar y frenar la violencia machista.
A nivel regional, el PSOE ha prometido el acceso universal a los servicios sanitarios así como impulsar los cuidados paliativos y la salud bucodental, medidas que el partido ya llevó en su programa a nivel nacional. Un calendario común de vacunaciones o medidas para implementar un uso sensato de los medicamentos son otras medidas en lista. Poca mención de los socialistas, eso sí, a medidas para atajar las listas de espera en las distintas regiones españolas o aligerar la carga de los profesionales que trabajan sin descanso en muchos centros de salud.
Por parte del Partido Popular, parece que las elecciones autonómicas y municipales han hecho que el partido que preside Casado preste atención a la España vaciada, ya que los cabezas de lista autonómicos están poniendo gran énfasis en el asunto. Destaca también, y no es baladí, la idea de instalar impresoras 3D en los hospitales públicos. No olvidemos la necesidad de que nuestros políticos defiendan la implementación tecnológica en los hospitales pues, si bien es cierto que hay problemas prioritarios, España no puede quedarse atrás en otras medidas que hagan de nuestra Sanidad la vanguardia de Europa.

Desde Unidas Podemos han defendido que habrá un notable incremento de la inversión en Sanidad. Desde luego, estaría bien que la promesa fuera cierta a tenor de las declaraciones de la candidata madrileña y su negativa a que el sistema acepte donaciones desinteresadas.



A este respecto, la formación presidida por Iglesias ha demostrado su escaso conocimiento del sistema sanitario. No solo el resto de partidos ha crticado que Podemos condene las donaciones, sino que también médicos e, incluso, la Asociación Española contra el Cáncer, ha puesto de relieve la necesidad de más acciones desinteresadas para mejorar el sistema. Con el dinero de Ortega (mal llamado limosna por los líderes de Podemos), los hospitales españoles han renovado maquinaria y han acelerado importantes procesos en enfermedades tan importantes como el cáncer. Quizá la formación morada debería preocuparse un poco más de los ciudadanos y preguntarse qué es lo mejor para ellos. Si, a día de hoy, la inversión continúa siendo insuficiente, ¿por qué no puede el sistema beneficiarse de otras ayudas?
Vox, que defiende como principal medida la devolución de las competencias sanitarias al Gobierno central, ha hablado en campaña de la necesidad de incrementar el tiempo del médico con el paciente en la Atención Primaria así como mejoras salariales e incremento de la plantilla.
Ya veremos qué ocurre el domingo próximo. Esperemos, gobierne el color que gobierne, que nuestra sanidad no se vea afectada por la victoria de un signo o de otro. La politización de nuestro sistema sanitario y la manipulación del mensaje con fines partidistas es uno de los grandes problemas que adolece el sistema y su solución, sin duda, depende solo de nuestros políticos.

martes, 14 de mayo de 2019

Mensajes interesados contra la sostenibilidad del sistema sanitario

En los últimos días hemos asistido a la difusión de unas declaraciones del consejero delegado de Fresenius,  Stephan Sturm, quien dijo preferir que la derecha continue gobernando en la Comunidad de Madrid tras las elecciones autonómicas y municipales del próximo 26 de mayo. Las palabras de Sturm, que se enmarcan en una conferencia con analistas para evaluar, entre otros temas, el impacto de la situación política sobre el sistema sanitario, fueron más tarde aprovechadas para criticar el modelo de colaboración público-privada en la Sanidad española, un sistema que ha dado muestras de ser sostenible y beneficioso para ambas partes.

La sentencia, además de difamatoria y de extrema gravedad, vuelve a poner de relieve el interés constante por parte de determinados perfiles de echar por tierra un modelo sanitario que, a través de la colaboración puntual con la empresa privada, ha logrado generar un ecosistema eficiente en la Comunidad de Madrid y que, a menudo, se utiliza como referencia en el resto de España y Europa.

Dice una noticia de Eldiario.es en este sentido que Fresenius aumentará este año sus ventas y mantendrá su beneficio, habiendo obtenido un crecimiento del 9%. La afirmación, positiva sin duda para la compañía, se condena en el medio de comunicación intentando, con ello, dar a entender que dicho beneficio se debe a determinados “chanchullos” con líderes políticos. A decir verdad, resulta cuanto menos indecente que un medio de comunicación que se presupone serio se dedique a lanzar soflamas del todo infundadas y a achacar los beneficios de un grupo empresarial a la corrupción política. Sin datos ni pruebas, las declaraciones de Stephan Sturn han venido como anillo al dedo a quienes, con fines claramente partidistas, pretenden maquillar la realidad y hacer ver que el sistema sanitario público no funciona bien por culpa de los conciertos con la sanidad privada.

Durante la campaña electoral para el 28A fueron varios los políticos que se encargaron de prometer la sanidad universal y el fin de la colaboración entre los sistemas público y privado.  Demonizar cualquier colaboración público-privada está de moda, de ahí que algunos sectores  utilicen la primera declaración fuera de contexto que tengan a mano para favorecer un interés que, lejos de mítines políticos y especulaciones en Twitter, no tiene ningún sentido.

Precisamente la Comunidad de Madrid cuenta con un sistema sanitario puntero y en el que las listas de espera son mínimas. Entre los hospitales de referencia, la Fundación Jiménez Díaz suele llevarse los honores en todas las clasificaciones gracias a su impoluta gestión y trato al paciente. El centro hospitalario, sin embargo, no para de copar titulares de prensa que echan por tierra el trabajo de los centenares de profesionales que trabajan tras sus puertas.



En Madrid el tiempo medio para una intervención quirúrgica se sitúa en 47 días, muy por debajo de una media nacional de 93. Pareciera, a tenor de las últimas informaciones, que la derecha trabaja sin descanso por privatizar la sanidad y hundir el SNS. Si esto fuera así, ¿por qué la tabla de mejores centros la lideran hospitales públicos de referencia, como La Paz o el 12 de Octubre? ¿En qué quedamos? Fijémonos en hechos y no en titulares infundados, ni en ideales que de momento no pueden cumplirse. Los hechos son claros: con determinados gobiernos, la sanidad se convierte en uno de los pilares del Estado de Derecho y pone al paciente entre sus prioridades mientras que, con otros, los ciudadanos se ven relegados a las últimas posiciones en la lista de preocupaciones del ejecutivo de turno. Y, si no, pregunten a los andaluces qué valoración hacen de la gestión sanitaria en los últimos años.


En algunas regiones, el modelo de colaboración público-privada ha servido para aligerar listas de espera interminables y acelerar el diagnóstico de pacientes que llevaban demasiado tiempo esperando. La Sanidad es el mayor pilar del estado de bienestar y hay que defenderlo. Ojalá en los próximo años la inversión crezca y nuestros hospitales no estén colapsados ni los médicos saturados. Mientras tanto, es una buena solución que el Estado se apoye en otros modelos para solucionar sus problemas.

Demagogia barata es demonizar lo privado sin tener en cuenta su servicio público. Por supuesto que estas empresas generan beneficios gracias a sus conciertos con centros públicos, ¿cuál es el problema? ¿No salimos ganando todos? Quizá se le olvida a determinados políticos que la Comunidad de Madrid tiene un sistema sanitario eficiente invirtiendo en él mucho menos que otras regiones que, con mayor gasto, no dan solución a todos sus problemas.


Asegura eldiario.es que el grupo Fresenius ha cobrado más de la cuenta del gobierno regional. Aunque habrá que esperar a las explicaciones oportunas por parte de determinados responsables, Sanidad ya ha informado de que las cantidades corresponden a un retraso en los pagos y, como tal, figura en las cuentas de la compañía alemana. Un error del gobierno que se aprovecha para ensuciar una vez más la labor del grupo y de hospitales como el Jiménez Díaz. No es la primera vez que la cabecera de izquierdas se sirve de un dato no contrastado para echar por tierra la labor de estos profesionales. En septiembre de 2018, el rotativo ya mostró un informe del Tribunal de Cuentas que ponía de relieve el sobrecoste de la Fundación, aunque no contó a sus lectores que el documento era un borrador previo sobre el que se interpusieron varias reclamaciones por errores evidentes. Incluso los gestores de varios hospitales públicos cargaron contra un informe que distaba de la realidad y cuya contabilidad no era fiable.

Los conciertos público-privados han demostrado sus claros beneficios para el SNS. Vincular una preferencia política a la corrupción o denunciar un presunto desvío de fondos a empresas privadas es grave, mucho más si tenemos en cuenta que en poco más de diez días habrá




jueves, 9 de mayo de 2019

Exigencias sanitarias para el 26-M

El próximo 26 de mayo nuestra Sanidad juega su partido más importante. De los resultados electorales dependerá, en grandísima medida, la marcha del SNS durante los próximos cuatro años. De cara a la celebración de las elecciones autonómicas, municipales y europeas, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (Fadsp), ha expuesto a los partidos sus principales necesidades de cara a blindar el sistema sanitario y proteger al paciente.

Entre otras cosas, la Fadsp solicita que se haga efectiva la Carta del Derecho a la Salud que se acordó en Bruselas en 2010 y que, entre otras cosas, reclama una atención sanitaria universal, integral, equitativa, accesible y sostenible. Esto implica, dice el documento, «estructuras sanitarias públicas dotadas de los recursos financieros materiales y humanos necesarios y suficientes para ofertar unas prestaciones sanitarias homogéneas a los ciudadanos de todos los países». También pide el documento «destinar a salud un volumen de recursos económicos suficiente», algo que actualmente no ocurre. Aunque el presidente del Gobierno dijera en el debate de Atresmedia que el Ejecutivo invierte en Sanidad un 6,5% del PIB, el dato es incorrecto, ya que España destina al SNS un 5,9 del Producto Interior Bruto, o al menos eso dicen los últimos datos publicados por el Ministerio de Sanidad.

Entre las propuestas de Fadsp para recuperar la sanidad pública destacan la eliminación de los copagos, recuperación de dotaciones de personal e infraestructuras que existía antes de los recortes, la reversión de los centros privatizados y asegurar una financiación suficiente del SNS.  Siendo realistas, lo cierto es que las peticiones de Fadsp están, todavía, lejos de cumplirse. La nefasta experiencia tras la reversión del Hospital de la Ribera ha demostrado que esta decisión no ha sido más que un paso atrás para un centro que era puntero y que hoy, lamentablemente, llena titulares debido a su mala gestión y sus largas listas de espera. Por supuesto, es imprescindible trabajar por un SNS competitivo, puntero y que proporcione a los pacientes la atención que merecen. Pero también es imprescindible mirar de frente a la realidad actual y ser realistas, ya que solo así los políticos podrán proporcionar soluciones efectivas a problemas como los colapsos en urgencias o los retrasos en pruebas diagnósticas.

El pasado fin de semana, el diario El País publicó un reportaje realmente interesante en este sentido. Sergi Jiménez, profesor de la Universidad Pompeu Fabra, asegura en el texto que «lo más barato es tener una sanidad pública eficiente» pero que, a día de hoy, el dinero invertido por particulares en sistemas privados «tapa los agujeros que la caída de los presupuestos dejó al descubierto». La inversión, dice el experto, «tiene que crecer lo suficiente para cubrir las necesidades de una población cada vez más vieja».

No olvidemos, además, la necesaria inversión en tecnología para avanzar en el tratamiento de enfermedades. Hoy, que no podemos minimizar las listas de espera o aligerar la carga de nuestros médicos, ¿cómo pensar en implementar nuevas técnicas para la cura de determinadas enfermedades? Es imposible empezar la casa por el tejado, me temo. El modelo de colaboración público-privada es, de momento, la mejor de las alternativas posibles ante un escenario en el que la inversión en sanidad es cada vez más bajo. Ya veremos qué pasa mañana y si, tras las elecciones, los políticos se ponen las pilas con uno de sus temas pendientes.

viernes, 3 de mayo de 2019

Pensar en lo importante

Pasada la resaca inicial de las elecciones generales, tras las que el Partido Socialista de Pedro Sánchez formará gobierno, es hora de analizar y recordar los retos pendientes en materia de Sanidad y por los que la ministra María Luisa Carcedo tendrá que seguir trabajando en la presente legislatura. La titular de Sanidad ya ha abogado por la necesidad de apuntalar la sanidad universal y luchar para que el SNS sea competitivo y solvente. Aunque poco se ha hablado del sistema sanitario durante la campaña electoral, es de esperar que las acciones venzan a las palabras y que los miembros del Ejecutivo se pongan manos a la obra con todo lo que hay que resolver. 

El partido de Pedro Sánchez, que aboga en sus mítines por luchar por la justicia social, tiene que atajar algunos dramas sanitarios, como las listas de espera y los colapsos habituales en los servicios de urgencias. Precisamente el 1 de mayo los trabajadores del Hospital de la Paz reivindicaban la falta de camas para atender a los pacientes. Los trabajadores, además, votarán el 14 de mayo una convocatoria de huelga para, entre otras cosas, lograr la reapertura de 72 camas cerradas así como el aumento de la plantilla. 
En Madrid, además, los médicos de Atención Primaria ya han anunciado una huelga para el 21 de mayo y cuya reivindicación principal es aliviar la sobrecarga de trabajo de médicos y pediatras. Tras los pobres resultados obtenidos en las reuniones con Sanidad, nuestros médicos no aguantan más la presión y se manifestarán para reclamar mejoras. Ya lo dijo Carcedo durante la asignación de plazas del MIR: "Los profesionales sanitarios son imprescindibles". El Gobierno deberá atender a partir de ahora las reclamaciones de nuestros médicos, aliviar la presión a la que están sometidos y mejorar, con ello, la atención al paciente. 

También el PSOE deberá prestar atención en el ámbito de la enfermería, donde, como ya dijo el partido político, "hay que acercar las ratios y mejorarlas". El número de profesionales, lógicamente, debería adaptarse a las necesidades de la población y no a otros valores. Parece que la formación lo tiene claro e intentará "meter mano" en esta cuestión, a tenor de sus últimas declaraciones: "Hay que establecer criterios de ratio en base a la demanda de la población. Tendríamos que mejorar, por ejemplo, la AP, que daría muchas soluciones a la presión asistencial y a los problemas que tenemos ahora en puertas de urgencias". Habrá que permanecer atentos a las medidas en este sentido. 

Huelgas, listas de espera, condiciones laborales de los trabajadores... No son los únicos problemas a los que tendrá que enfrentarse el Partido Socialista en esta legislatura. La innovación tecnológica es crucial para nuestro sistema sanitario. Invertir en futuro es crucial para llevar a nuestra Sanidad Pública al lugar que le corresponde, a ese que un día ocupó y que no debería haber dejado. Nuestro sistema sanitario vive actualmente un claro "déficit tecnológico" provocado, quizás, por el exceso de problemas en el sector. Nuestros responsables no han prestado la atención que debieran a la necesaria renovación de hospitales y centros de salud, que van camino de la obsolescencia. Si no nos ponemos las pilas en este sentido, las consecuencias pueden ser graves: el Estado no invierte lo que debería y la brecha tecnológica cada vez es mayorComo dice este artículo de El País, si el coste de actualización resulta demasiado elevado nuestro modelo sanitario podría estar en riesgo. 

Solo hay una manera de frenar la obsolescencia y llegar a tiempo a la renovación: incrementar la inversión sanitaria. España figura en el puesto 18 de los 35 países de la OCDE en gasto sanitario. De nada nos servirá contar con médicos sobradamente formados si nuestro sistema no está preparado para los nuevos retos que se avecinan. Es crucial ponerse las pilas en esto. 

Esperamos que la legislatura comience con buen pie y que esa defensa de la sanidad universal del PSOE no suponga desmerecer la contribución del modelo privado a nuestro sistema. Hoy por hoy, con una inversión mínima y tantos asuntos por resolver, la colaboración entre ambos sistemas es del todo fundamental para seguir en la carrera por mantener un sistema público de calidad, competitivo y que solucione los problemas del ciudadano.