Hace dos semanas el debate de actualidad, y también se comentó aquí, era la velocidad de la administración de las vacunas y los diferentes ritmos entre comunidades autónomas. En algunas regiones se decidió reservar vacunas de Pfizer-BioNTech para asegurar la segunda dosis a los inmunizados y en otras se inyectaron todas las que se pudieron. Esto generó algunas fricciones entre los dirigentes regionales ya que algunos solicitaron que no se hicieran cambios ni ajustes sobre las cuotas previstas. Se empezó despacio pero se fue incrementando el ritmo. Lo normal sería que ahora estuviéramos todos exigiendo mantener un flujo de vacunación lo más alto posible y pidiendo que se pusieran “en el asador” todos los medios posibles. Lamentablemente, se han cruzado en el camino problemas de todo tipo. Vayamos por partes.
¿De qué vacunas disponemos? La vacuna de Oxford-AstraZeneca fue aprobada el pasado viernes por la Agencia Europea del Medicamento. Aprobadas para su uso, con anterioridad, en la UE están a día de hoy la de Pfizer-BioNTech, con la que se comenzó la campaña de vacunación en España en las residencias para mayores, y la de la farmacéutica estadounidense Moderna, de la cual ha llegado a España una primera remesa de 35.700 dosis que en principio iban a ser destinadas a personal sanitario. Sobre otras vacunas: mientras algunos países europeos como Hungría miran hacia otras latitudes, llegando a un acuerdo para la compra de la vacuna china de Sinopharm, en la UE siguen esperando que otros fármacos en investigación lleguen a buen puerto. Por ejemplo, hemos sabido esta semana que otra de las vacunas pre-adquiridas, la de la farmacéutica estadounidense Novavax ya ha entrado en fase tres con muy buenos resultados de eficacia.
Problemas de suministro con las dos primeras vacunas aprobadas. Empezamos por la segunda, la de Moderna: se esperaba para mediados de la presente semana la entrega de una segunda remesa de 52.000 vacunas. No llegaron el día previsto, y finalmente se entregaron ayer domingo. En cuanto la de Pfizer-BioNTech nos la empezaron “sirviendo” al ritmo pactado (350.000 dosis semanales), pero la semana pasada llegaron poco más de la mitad de las dosis convenidas. Según dijeron desde la empresa farmacéutica “a causa del proceso para mejorar su capacidad de producción de esta vacuna”. Ya se ha recuperado el ritmo previsto y afirman que se aumentará a partir de mediados de febrero.
Problemas de suministro con la vacuna de Oxford-AstraZeneca. Se pueden resumir con una frase taxativa: no están llegando a la Unión Europea porque las fabricadas en el Reino Unido se quedan todas allí. A lo largo de esta semana han tenido lugar negociaciones, tiras y aflojas, que no han llegado a buen puerto. A tenor de todo lo relatado no ha de extrañar la previsión que nos llega desde Alemania: durante las próximas 10 semanas habrá escasez de vacunas.
Problemas con los protocolos de orden de vacunación. En teoría se estarían respetando los grupos de vacunación establecidos por el Ministerio de sanidad, que en su documento de estrategia define 4 grupos de inmunización en un estricto orden. Pero se empiezan a multiplicar por toda la geografía española casos de incumplimientos, ya sea por irresponsabilidad de algún representante político o por errores de interpretación de los protocolos. Algunas comunidades ya están ajustando sus protocolos para evitar usos indebidos.
Y realmente los protocolos parecen necesitar ajustes ya que hay colectivos que no se sabe a ciencia cierta en qué momento recibirán la vacuna y probablemente serán las comunidades autónomas las que tengan que clarificar algunos puntos. Por ejemplo en el País Vasco han dicho que una vez acaben con el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) empezarán con los trabajadores sanitarios del sector privado, en el que incluyen a los farmacéuticos. Mientras que de diversos hospitales privados de la Comunidad Valenciana llegan llamamientos de profesionales, a título personal, aquí uno y aquí otro, parece que en algunos hospitales madrileños ya les están llegando vacunas. Las dosis se van a ir suministrando de forma asimétrica a este colectivo que hay que recordar que son tan sanitarios como los trabajadores del sector público y que muchos de ellos están en primera línea de la lucha frente a la covid-19.
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