Últimamente hablamos menos del que siempre ha sido un problema estructural de nuestra sanidad, las listas de espera (de todos los sistemas sanitarios españoles en realidad, aunque se pueda analizar el tema con cierta asimetría) porque nos hemos visto arrollados por un tsunami llamado coronavirus. Pero lo cierto es que el problema, lejos de arreglarse, se ha agravado a causa de la canibalización, tanto de medios, instalaciones y recursos, como de personal, a la que nos está sometiendo la pandemia de SARS-CoV-2.
Echando un vistazo sosegado a la prensa, más allá de tormentas política, podemos leer, por ejemplo, como en un encuentro virtual de gestores y clínicos reunidos por la Fundación Bamberg, que tuvo por lema Un reto tras la pandemia: las listas de espera, se puso sobre la mesa el que muy probablemente va a ser nuestro principal problema cuando remita la pandemia: “aflorará toda la patología oculta de naturaleza no Covid-19”. Se está diagnosticando menos, con muchos pacientes que no acuden al médico cuando en otras circunstancias lo hubieran hecho, por miedo al contagio. En un momento u otro lo harán y las dolencias estarán en fases más avanzadas. Toda la presión asistencial no-covid, que parece haber remitido en parte, se agravará de golpe.
Seguramente todo esto se puede hacer extensivo a cualquier enfermedad, pero el cáncer, por la gravedad, aún hoy en día, de muchos de los casos, no deja de ser un botón de muestra muy claro. Lo dicen los pacientes, que en muchos casos se sienten como los grandes olvidados de esta crisis. Y lo dicen las sociedades científicas que nos cuentan que “los diagnósticos cayeron un 21% y las pruebas para detectar posibles tumores, como las citologías, bajaron hasta un 30%”. Eduardo Díaz-Rubio, catedrático emérito de Oncología y presidente de la Real Academia Nacional de Medicina de España, en otro encuentro virtual, en esta ocasión organizado por el diario El País dijo que el cáncer había pasado de prioritario a secundario en el último año, con el consiguiente perjuicio.
Lo peor de esta situación es que estamos hablando de lo que nos espera tras la pandemia cuando ésta aún no ha finalizado. Por mucha confianza que tengamos en la vacuna y en la resolución de la crisis el coronavirus sigue estrangulando nuestro sistema sanitario. Urge poner, no nos cansamos de decirlo, todos los medios a nuestro alcance, públicos y privados, a trabajar en favor del ciudadano. Se puede hacer creando itinerarios libres de covid o se puede hacer siguiendo otra fórmula, pero lo que no se puede hacer es sentarnos a esperar.
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