Recientemente se ha hablado en este espacio de ejemplos de uso de tecnologías disruptivas en hospitales madrileños. Por ejemplo, el uso de la tecnología big data en la puesta en marcha del proyecto C-Salud, para la creación de una red de salud poblacional basada en tres pilares: prevención, detección precoz y tratamiento personalizado. Este proyecto se lleva a cabo en los hospitales Fundación Jiménez Díaz (Madrid), Hospital Rey Juan Carlos (Móstoles), Hospital Infanta Elena (Valdemoro) y Hospital General de Villalba (Collado Villalba)
Es tan solo una muestra de la ruta que ha de seguir la sanidad madrileña; la misma que el resto de los servicios sanitarios españoles y europeos. El mes pasado la asociación @aslan hizo público el informe que habían encargado bajo el título Transformación de la Sanidad: innovación digital y fondos europeos que se puede descargar completo en su web. Esta asociación, que no tiene ánimo de lucro, aglutina a 163 empresas tecnológicas.
Por un lado dejan patente la importancia de los fondos europeos a la hora de abordar los retos identificados. También aportan una batería de casos estudiados de uso de las diversas tecnologías disruptivas. Pero lo más interesante es fijar la mirada en los retos y oportunidades que nos presenta la digitalización. Como bien resumen en IT User estos son: la experiencia de usuario, la gestión del dato, la interoperabilidad y la asistencia remota.
El informe de @aslan afirma que “aún siendo un sector bien situado en el ranking de digitalización europeo, la sanidad está lejos de haber conseguido el máximo beneficio de la tecnología”. En el año 2018 se desplegó la receta electrónica y en el año 2019 la historia clínica digital. El hecho de que en España haya 17 sistemas sanitarios diferentes en ocasiones complejiza este tipo de avances.
En cuanto a la experiencia de usuario se podría hablar, por ejemplo, de los canales de comunicación abiertos entre el paciente y el entorno sanitario, y la personalización de la atención.
De los avances en interoperabilidad y del uso de los datos ya se ha hablado antes en este espacio. Concretamente del Proyecto de Interoperabilidad de la historia clínica digital en la sanidad privada. Este proyecto parte de la base de considerar que los dueños de las historias clínicas son los pacientes. Interoperabilidad en este caso significa que los datos de las historias se pueden compartir, siempre que los pacientes den su permiso. Cuando a este proyecto, puesto en marcha desde la Fundación IDIS, se sume la sanidad pública, podremos decir que la continuidad asistencial está garantizada. Es decir, todos los centros en los que decida tratarse el paciente trabajarán de forma coordinada, siendo el usuario el centro de la asistencia sanitaria.
El proyecto antes mencionado, C-Salud, también es un buen ejemplo del uso de los datos del paciente en su propio beneficio. En este caso con la prevención y los tratamientos personalizados como objetivo principal.
También se ha hablado aquí de algunos avances relacionados con la asistencia remota, todos ellos implementados en la sanidad madrileña. En enero se puso en marcha un programa para que los madrileños pudieran consultar algunas patologías por videollamada. En marzo se empezaron a probar las consultas telemáticas en Dermatología. El concepto es más sencillo: es un sistema para enlazar una consulta presencial, con el médico de cabecera, con un especialista en Dermatología del hospital de referencia del paciente, por ejemplo, con el envío de una imagen de una lesión en la piel, para valorar si es necesario actuar o pedir cita presencial con Dermatología. Además, en abril, se puso en marcha el Centro de Atención Telefónica Sanitarizado de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid.
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