martes, 10 de octubre de 2017

La importancia de la libre elección para el sistema sanitario


Las administraciones públicas son las encargadas de ofrecernos los datos relativos a cómo están las listas de espera (especialmente las quirúrgicas) en las respectivas comunidades autónomas. Se sienten transparentes por indicar cómo están, pero no es que ofrezcan (algunas comunidades) la información con una mínima periodicidad "admisible" (algunas dan los datos de seis en seis meses, cuando esa información debería ser de acceso inmediato para cualquier paciente).

Partiendo de esta "transparencia informativa", si lo podemos llamar así, y de saber cuál es la situación en cada comunidad, los pacientes deberíamos poder decidir donde y como ser atendidos, quien quiera optar por esa alternativa. Lo que viene a ser la libre elección.

Los españoles nos hemos acostumbrado a elegir, sabemos elegir y queremos elegir entre determinadas opciones, optando entre las posibilidades que les ofrece el mercado y pudiendo elegir aquellas que le parecen mejores o más convenientes con total libertad.

La Administración tiene el deber de propiciar el desarrollo de leyes para que los ciudadanos, independientemente de donde residan, puedan ser atendidos en donde y por quienes consideran como la mejor opción. Así, la clave de la modernización del servicio público sanitario, y por el bien de su sostenibilidad, reside en la libertad de elección, ya que se dota de contenido real el derecho de autonomía del paciente a exigir donde quiere ser atendido.

La libre elección se sustenta en los principios de libertad, competencia, eficiencia y transparencia que deben presidir la gestión de cualquier servicio público. Y en lo principal, que permite a los pacientes (lo de verdad importante en nuestra sanidad) poder participar más en las decisiones sobre su salud. Con la libertad de elección, en el sistema sanitario se gana que:
  • las personas se sitúen en el centro de decisión (ellos eligen dónde y por quién ser tratadas),
  • mejore la calidad (los ciudadanos muestran sus preferencias y facilitan una gestión de los recursos más eficiente para los responsables de los servicios),
  • mejore la transparencia en la información (facilita la elección sobre quién nos va a atender y permite establecer incentivos a aquellos profesionales que son más demandados por los pacientes),
  • mejore la accesibilidad (permite una prestación de servicios sin barreras y facilita, además, las preferencias horarias, de médicos y servicios),
  • mejore la equidad (compensa las demoras en los centros y responde en un tiempo menor a cualquier necesidad de cada persona si sólo se pudiese utilizar un único centro de referencia).
El sistema sanitario tiene el deber de adaptarse a las nuevas expectativas de la sociedad y responder, como un auténtico servicio público, a las personas a las que se debe y que son quienes sostienen el sistema con sus impuestos, no lo olvidemos.

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