Una sanidad basada en la libertad del paciente para elegir el médico o el centro sanitario donde quiere ser tratado, es una sanidad que solo puede avanzar hacia la calidad, hacia un sistema más cercano y más humanizado. De hecho, termina por fomentar el trabajo bien hecho.
La libertad de elección fortalece la capacidad de los ciudadanos a la hora de participar realmente en la toma de decisiones relacionadas con su salud. Algo que los usuarios valoran muy positivamente. Y al mismo tiempo, también facilita a los responsables de los servicios públicos sanitarios la percepción que tienen los pacientes acerca de la calidad de la atención sanitaria. Así, proporciona una información relevante y de gran utilidad para gestionar los recursos públicos bajo los principios de eficiencia y de equidad. Y esto último debe ser vital para alcanzar el objetivo final: conseguir la sostenibilidad del sistema nacional de salud.
Los hospitales de gestión indirecta son hospitales de titularidad pública que están integrados en la red sanitaria en idénticas condiciones que el resto de hospitales e, independientemente de su modelo de gestión, desarrollan una labor asistencial de gran valor (en todos los hospitales los ciudadanos son atendidos por profesionales formados en el propio sistema).
Durante 2016, y tomando el ejemplo de Madrid, un número de pacientes, ejerciendo su derecho a la libre elección, decidieron acudir a otros hospitales. Las consultas de libre elección sobre el total de las consultas realizadas representaron aproximadamente el 1,75% (o se movieron sobre porcentajes muy residuales), pero la satisfacción expresada por los usuarios en relación a la asistencia recibida alcanzó valores altos (en torno a un 90% de los pacientes atendidos quedaron satisfechos).
Puede ocurrir, por ejemplo, que el número de consultas abiertas a libre elección o los plazos de atención a los pacientes en la Fundación Jiménez Díaz, o en los hospitales de gestión indirecta, resulten más atractivos para los pacientes que los ofrecidos por los hospitales de gestión directa. Lo cierto es que los madrileños no eligen un hospital u otro por su modelo de gestión, porque para ellos no es un modelo relevante, sino por otro tipo de razones:
- la confianza
- la cercanía
- una menor lista de espera
- horarios más ajustados a sus necesidades
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