Las listas de espera son un problema acuciante en la Sanidad Española. Con frecuencia, la demora en la atención a los pacientes ocupa titulares de prensa y quejas en las redes sociales, y no sin motivo. Acudir a un especialista es una tarea harto compleja en nuestro sistema sanitario y la demora quirúrgica mantiene a muchos ciudadanos hastiados y con la incertidumbre de saber cuándo podrán ser operados de sus dolencias.
A propósito de su toma de posesión, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, afirmó en varias entrevistas que la Sanidad sería una de sus prioridades. Tomando, quizás, como referencia el modelo andaluz, donde el actual consejero ha reducido significativamente la espera, Ayuso ha prometido que sus únicos recortes en el sector sanitario afectarán a las demoras y serán en beneficio del ciudadano. Si esto se cumple, el modelo madrileño continuará siendo una referencia a tener en cuenta por otras regiones que deben tomar nota de cómo nuestros líderes políticos tienen la responsabilidad de aprovechar todos los mecanismos a su alcance para mejorar la situación.
En lo que se refiere a las listas de espera en Madrid, los últimos datos muestran que, como no podía ser de otra forma, hay margen de mejora en cuanto al tiempo de demora. De sobra es conocido el éxito de hospitales de colaboración público-privada, como la Fundación Jiménez Díaz, que lleva tiempo liderando el ranking de hospitales con menor lista de espera quirúrgica en Madrid. Mientras numerosos hospitales regionales de gestión pública acumulan tiempo de espera, el centro hospitalario de gestión compartida es alabado por reducir sus cifras.
En julio fueron 70.905 pacientes los que engrosaron las listas de espera quirúrgicas, una cifra que se incrementa cada verano en la Comunidad de Madrid. El pasado año, mientras la etapa estival incrementó la espera quirúrgica en la región, hospitales de gestión privada de la red madrileña reducían sus listas mientras la demora para intervenciones seguía aumentando en la sanidad pública.
También ha aumentado este verano, a tenor de los datos, la lista de espera para pruebas diagnósticas así como los que esperan para consultas externas.
De entre los hospitales de alta complejidad, la Fundación Jiménez Díaz es uno de los más eficientes tal y como demuestran las últimas clasificaciones. Si hacemos una rápida búsqueda en el centro hospitalario veremos, por especialidades, como la demora para operar no llega a los 30 días en ninguno de los casos:
En nuestra región, según los datos mostrados en la primera tabla que hace referencia a los hospitales públicos, más de 7.000 personas esperan entre 90 y 180 días para ser operadas; más de 58.000 aguardan más de 90 días para pruebas diagnósticas y hay más de 147.000 pacientes a la espera de una primera consulta durante más de tres meses. ¿Es esto un sistema envidiable?
El SNS debe reforzar sus colaboraciones y acudir a mecanismos que ya han demostrado ser exitosos para ayudar a aquellos pacientes que aguardan con ansia una operación o una primera consulta. Habrá que estar pendiente a las medidas de Ayuso y comprobar si, como dice, realmente comienza atajando esta lacra en nuestro sistema sanitario que los pacientes no deben soportar un minuto más.