martes, 28 de enero de 2020

Las listas de espera: un problema enquistado

Vamos a emprender un viaje por España, pero no va a ser un viaje agradable. Un trayecto de noticia en noticia, que remiten al tema de las listas de espera y que muestra un panorama desolador. Obviamente, según cuál sea la fuente de la noticia, nos encontraremos con que las causas señaladas son unas u otras. En cuanto a las soluciones, parece sencillo decir que con más inversión se puede paliar el problema, aunque sea en parte. Pero si recordamos la campaña electoral, todo el mundo parecía estar de acuerdo en invertir más, así que tal vez hay que hacer algo más.

Desde Castilla y León, la Federación de Sanidad de CCOO opina que, precisamente a la falta de inversión se deben las largas listas de espera, motivadas en gran parte, siempre según CCOO, por la falta de especialistas. En su opinión no se invierte en la contratación de nuevos profesionales y, además, algunos de ellos se marchan. Y si hablamos de la lista de espera quirúrgica en la comunidad castellano-leonesa, la cifra que nos dan es de 94 días de espera media. En este artículo tenéis datos concretos por hospital y por especialidad.

Los datos que llegan desde Asturias no son mejores, y además allí la tendencia es mala y el resumen del año 2019 francamente negativo. Aunque el artículo también menciona que las listas de las pruebas diagnósticas y para las primeras visitas de un paciente son “abultadas”, el grueso de la información se centra en las listas de espera quirúrgicas, que en el Principado de Asturias han aumentado, nos entresacan este dato, en 1.845 pacientes durante el pasado año. En conjunto, datos muy negativos.

Desde Castilla - La Mancha, cuentan en un informe de la asociación Defensor del Paciente, que muchas de las denuncias de los pacientes manchegos están motivadas, allí también, por las listas de espera quirúrgicas. Los casi 37.000 ciudadanos manchegos cuyos nombres constan en una de esas listas tendrán que esperar una media de 150 días antes de poder pasar por el quirófano.

Desde Barcelona nos hablan de la saturación de los servicios de Urgencias en la ciudad y parte del problema reconocen que lo compartimos con Europa: cada vez hay más pacientes de la tercera edad. Hablamos, eso sí, de cierto factor coyuntural: el invierno es la peor época para la gente mayor. Pero también, y se ha hablado en alguna ocasión en este blog, los sistemas sanitarios han de adaptarse a la realidad demográfica, que en la vieja Europa es la que es. Eso sí, también nos cuentan que han conseguido reducir el número de ingresos hospitalarios trabajando de forma coordinada con los servicios a domicilio y con centros no hospitalarios; a veces a los pacientes se nos olvida que también se puede atender una urgencia en centros de atención primaria o en centros de convalecencia.

Las soluciones tienen que venir de la mano de nuestros responsables sanitarios, pero al hilo de lo comentado sobre el uso que hace el ciudadano de las Urgencias, puede resultar interesante la opinión expuesta por Javier Arnal, que sí que incide en que todos deberíamos hacer un uso algo más racional de los recursos a nuestro alcance. Habla, por ejemplo, de pacientes que piden cita y luego no acuden a ella, imposibilitando que dicho hueco horario pueda ser usado por otro enfermo. Al final de su exposición el columnista defiende la colaboración público-privada, como una posible solución rápida y económica para combatir, entre otros problemas de la sanidad, las mentadas listas de espera.

Al menos, nuestros responsables políticos (el gobierno central actual está en contra, en principio, de la cooperación) deberían sentarse a analizar los datos de Madrid, donde dicha colaboración está obteniendo frutos, traducibles en cifras de mejora de las listas.

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