viernes, 29 de septiembre de 2017

Cuando la solución para reducir las listas de espera queda en manos de los políticos no es buena idea


¿Qué hacen las CCAA para solucionar el problemón que tienen con las listas de espera? Teniendo claro que la solución la deben encontrar ellas mismas, barajan sus opciones, sin valorar otras posibilidades ya existentes y plenamente disponibles... por ser privadas.

En Valencia decidieron, por ejemplo, para reducir la lista de espera quirúrgica abrir los quirófanos los sábados, en primer lugar, para luego adoptar esta medida de apertura de los quirófanos a las tardes. ¿Y el pero? Que para abrir los quirófanos los sábados es necesario incrementar las plantillas fijas de los hospitales, con los profesionales sanitarios precisos para cubrir el servicio de quirófano (equipo de "anestesistas, radiólogos, farmacia, celadores" para programar las operaciones), algo que dadas las circunstancias actuales es prácticamente inviable, según los médicos de los hospitales donde se ha programado la apertura de los nuevos horarios de quirófanos.

La solución de la comunidad valencia ha supuesto de arranque realizar una inversión de 1,5 millones de euros para contratar nuevo equipo y poder potenciar el autoconcierto (en principio), dejando el plan de choque de las privadas, derivación de las operaciones necesarias a sus hospitales para reducir el tiempo de demora medio de espera, como "una medida complementaria" ya que resulta más cara.

¿Y qué es caro cuando estamos jugando con la salud de los pacientes? ¿Y más cuando se acaba de poner en marcha una prórroga presupuestaria en los Presupuestos Generales del Estado que va a frenar las inversiones en Sanidad? Pues supone un parón, ya que la base de cualquier autoconcierto depende del dinero que se destine de los PGE a las comunidades autónomas. Cierto que si se adapta el modelo mixto sanitario, hay inversiones que realizar, pero sobre una base ya constituida y la predisposición a ayudar y reducir las listas de espera.

Al final, todo se gira hacia lo que hagan o dejen de hacer los políticos, lo cual siempre provoca inquietud, y el que los pacientes tomen la libre decisión de ir a la sanidad privada para no tener que esperar tanto tiempo... Pero lo cierto es que la sostenibilidad de la sanidad no va a aguantar mucho recurriendo, por decirlo de alguna manera, a parches que enmascaren lo que se ve venir: el colapso de los servicios sanitarios.

jueves, 21 de septiembre de 2017

Reducir las listas de espera es competencia de las CCAA y los políticos


Todavía está reciente el plan de choque que propuso la sanidad privada para resolver el problema de la sostenibilidad del sistema sanitario (sobre todo la descorazonadora, por larga, lista de espera quirúrgica en las CCAA)... Y se sigue hablando sobre ello.

A la ministra de sanidad Dolors Montserrat, en el Congreso, la preguntaron que pensaba sobre esta propuesta de llegar a privatizar la gestión de las listas de espera, a lo que respondió:
"Los pacientes, que somos todos, son la razón de ser de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS). Desde el ministerio de Sanidad trabajamos cada día para consolidar la sanidad pública, favorecer la cohesión, la calidad y la equidad de la atención sanitaria que requieren los ciudadanos. Y lo hacemos siempre desde el respeto a las competencias de las CCAA y colaborando estrechamente con ellas que son las responsables de la sanidad en sus territorios y, por tanto, también de las listas de espera."
Desde el Congreso la oposición indicó que privatizar no era solución, sin proponer ideas para arreglar el problema de las listas de espera mas que apelando al interés público. Tal y como están determinadas las competencias sanitarias, son las CCAA, en concreto los políticos, quienes tienen los mecanismos para dar con las soluciones que la ayuda financiera del gobierno permitirá, con los 5.300 millones de euros que los Presupuestos Generales del Estado van a dar a las CCAA, si una parte importante del mismo lo dedicaran a sanidad y a enmendar su precaria sostenibilidad.

La sanidad privada, a través de la Fundación IDIS, confía que las comunidades autónomas destinarán una parte de esa dotación extraordinaria, que comentabamos antes, a reducir el problema de las listas de espera quirúrgicas del Sistema Nacional de Salud: con menos del 30% de esa partida se podría acabar con esa espera quirúrgica antes de que finalice el año (la sanidad privada manejaba una inversión cercana a los 1.500 millones de euros para dejar la lista de espera a cero).

El ofrecimiento de la sanidad privada está encima de la mesa, pero los políticos, por señalarlos a ellos, tienen claro que no van a hacer uso de él. Lo cierto, pensando en el paciente, es que con las medidas habituales adoptadas hasta ahora no se ha conseguido reducir las listas de espera ni solucionar el problema de la sostenibilidad, y esa es la realidad.

Algo diferente hay que hacer para obtener resultados distintos que cambien el panorama actual. Por eso, los gobiernos autonómicos deberían pensar en lo mejor para el paciente y en que reciba la mejor asistencia (calidad, seguridad, resultados y confort) en el menor tiempo posible. Y tal como lo están pintando entre todos los "jugadores" parece que todo se resume a decidir que parte del presupuesto va dedicada a sanidad y como se gestionará. Cuesta creerlo, la verdad.

jueves, 7 de septiembre de 2017

Los planes de choque de la sanidad privada o la pública deberían tomarse como un paso adelante hacia la sostenibilidad del sistema sanitario


La sensación que tenemos los pacientes de cómo es el servicio que recibimos de la sanidad no es nada bueno. De hecho una amplia mayoría de los madrileños, por citar un ejemplo de una última encuesta realizada por Facua, cree que la sanidad ha empeorado durante los dos últimos años. Todo esto se ve refrendado con datos como que:
  • Las listas de espera con los especialistas de Sanidad son muy altas debido a la "saturación"
  • Los plazos de espera para las pruebas diagnósticas (radiografías y análisis) son excesivos
  • Las esperas para las intervenciones quirúrgicas son desmesuradas. 

En resumen, que el problema con la sostenibilidad del sistema sanitario (que son los puntos que hemos destacado con anterioridad) hace acto de presencia en toda su plenitud. ¿Y ante estos problemas cuáles son las soluciones o alternativas que hay para cambiar ese punto de vista?

La sanidad privada entiende que puede ayudar bastante y propone un plan de choque para atacar uno de los problemas principales: reducir el tiempo de demora medio (115 días) en las listas de espera quirúrgica y lo que eso implica (sostenibilidad) como representación del déficit de calidad del sistema. E incluso llega a detallar su plan por autonomías según las necesidades de cada una para así dejar las listas de espera quirúrgicas a cero.

Y lo que uno puede llegar a entender en esta propuesta como un punto de arranque desde el que empezar a dialogar para buscar soluciones, se topa con un rechazo por parte de la comunidad de madrid, que entiende que esa reducción de la lista de espera quirúrgica que le supondría 146 millones de euros lo va a conseguir con su propio plan (que no funciona porque la demora media sigue aumentando) y con el aumento de la eficiencia de los recursos propios.

La cuestión es que pensemos lo que pensemos, el problema evidente, para muchos menos para los políticos, está en que la sanidad pública no llega si no se la ayuda. Vale que el plan de la sanidad privada requiere de una financiación importante a cargo del Ministerio de Sanidad, si lo vemos desde ese punto de vista. Pero si lo miramos de otra manera, las listas de espera quirúrgicas, pacientes que tienen que ser operados, siguen creciendo sin parar, y eso es inadmisible.

Es un plan de choque, o una propuesta desde la que empezar a dialogar. La sostenibilidad del sistema sanitario requiere de la sanidad pública y de la sanidad privada unidas.