lunes, 28 de octubre de 2019

Las donaciones de órganos en la sanidad privada ya son una realidad

Si hay un aspecto de la medicina en la que somos líderes en España, y merece la pena destacarlo cuantas veces haga falta en un país tan dado a la autoflagelación, ese es el campo de los trasplantes. Y no es baladí, ya que es un caso de colaboración por parte de todos los estamentos de la sociedad: desde las autoridades sanitarias hasta los profesionales médicos, pero muy especialmente gracias a la ciudadanía, que son en última instancia quiénes han decidido dar el paso de convertirse en donantes de órganos. Precisamente durante este mes se han cumplido los 30 primeros años de vida de la ONT, la Organización Nacional de Trasplantes, y los medios de comunicación nos “regalan” este dato: durante este período se han realizado en España un total de 120.000 trasplantes.

El dato lo ha dado Elisabeth Coll, directora médica de la ONT, en el marco de unas jornadas sobre Avances y retos en la investigación de trasplantes, donde nos remarcan que además de los trasplantes de órganos, habría que añadir 500.000 trasplantes de tejidos y células. La propia doctora Coll apunta otro tema interesante: “El reto para el sistema español de trasplantes es trabajar íntegramente en red, de forma que se pueda relacionar y compartir toda la información de la que disponemos en este momento”.

Las buenas noticias hay que celebrarlas, pero también hay que seguir trabajando duro para que no se rompa la tendencia. Por eso solo se puede calificar como positivo que al menos en este campo parece que se impone la colaboración, y el pasado mes de septiembre se ratificó un protocolo de colaboración entre la ONT y ASPE (Alianza de la Sanidad Privada Española).

Dicho protocolo cuenta con el apoyo de todas las comunidades autónomas, y supone que la sanidad privada ya forma parte de la red de donación de órganos. De momento el rol que va a ejercer la sanidad privada se centra en dos de los pasos del proceso: detectar oportunidades de donación y extraer órganos. A partir de ahora se dan los primeros pasos para que la maquinaria empiece a funcionar, ya que estos días se pone en marcha la formación a los profesionales sanitarios sobre el funcionamiento del convenio.

Colaboración, y aprovechamiento mutuo de información y recursos en pos de un objetivo común. Es el camino.

lunes, 21 de octubre de 2019

Razones del aumento de gasto en la sanidad privada

Esta semana han coincidido en la prensa dos noticias que en principio son diferentes aunque se puede encontrar algún punto de confluencia entre ellas. Por un lado se han publicado los últimos datos de gasto sanitario, lo que incluye una comparativa del crecimiento de los mismos en los ámbitos de la sanidad pública y de la sanidad privada. Por otro lado la prensa médica nos traslada también la noticia de la celebración de las tercera jornada sobre Alta Complejidad médica en la sanidad privada, que ha tenido lugar en Madrid.

Los datos sobre gasto sanitario que se han conocido corresponden a los años 2016 y 2017. Tanto el gasto sanitario privado como el público crecieron, aunque mientras el gasto público se incrementó en un 2,6% el gasto sanitario privado lo hizo un 4,4%, casi el doble. La inversión privada alcanza ya la cifra de un tercio de la inversión sanitaria total.

Desde IDIS, el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad, lanzan una reflexión al hilo de los datos que hemos conocido, que podemos leer, por ejemplo, en la web RedacciónMédica.com:

"Con independencia de preferencias ideológicas, lo que es innegable es el hecho de que este incremento del gasto sanitario privado es debido en gran medida a la capacidad de elección del paciente en un entorno privado de salud, caracterizado por la constante actualización en cuanto a implantación de la innovación más vanguardista, a la calidad y prestigio de sus profesionales y a la mayor personalización de sus servicios"

Destacan que la principal causa del aumento del gasto sanitario privado es la capacidad de elección de los pacientes. Y añaden que hoy en día la sociedad actual demanda la cobertura de cada vez más servicios que no siempre está cubiertos por la sanidad pública.

Merece la pena volver a incidir en que lo más lógico es que el ciudadano, el usuario de la sanidad, tenga la posibilidad de hacer uso de todos los recursos y especialidades a su alcance, independientemente del tipo de inversión que haya detrás, pública o privada, y esto solo se consigue mediante acuerdos entre ambos tipos de sanidad.

Hablando de recursos y de especialidades, y de las demandas que hace la sociedad sobre la cobertura de nuevas especialidades, resulta de interés asomarse a las noticias sobre la celebración de la III Jornada sobre Alta Complejidad Médica en la Sanidad Privada, celebrada este miércoles en Madrid, para ver qué se ha contado allí.

Se ha hablado de la poca visibilidad que han tenido hasta el momento las operaciones de alta complejidad médica que se realizan en la sanidad privada, y se han destacado cuatro ámbitos de trabajo: cirugía máxilo-facial, radiación de electrones, cirugía de columna y oncología, con la presencia de cirujanos especialistas en los diversos campos. Si alguien quiere profundizar en esto, en la web Acta Sanitaria tendrá más información sobre los especialistas participantes y los centros en los que trabajan.

Interesantes también las reflexiones que aporta Cristina Contel, representante de ASPE, una de las organizaciones organizadoras del evento. Cuenta que dados los ejemplos aportados, y los medios con los que cuenta la sanidad privada a día de hoy, va siendo hora de “cambiar el chip” y darnos cuenta de que la sanidad privada no está ahí únicamente para solventar pequeños problemas cotidianos, sino que está cada vez más preparada para ofrecer tratamientos complejos, en los campos comentados y en muchos otros.

Está claro que queda por ver si como sociedad queremos buscar, o no, un escenario en el que aprovechemos todos los medios a nuestro alcance, y en la que poder elegir en cada ocasión lo que más nos conviene. Actualmente, en la mayoría de las ocasiones, solo pueden hacerlo quiénes tienen acceso a un seguro privado. La situación ideal sería aquella en la que todos pudiéramos hacerlo, gracias a la colaboración entre la sanidad pública y la privada.

viernes, 11 de octubre de 2019

Las lagunas en sanidad del programa electoral del PSOE

Las elecciones generales están, de nuevo, a la vuelta de la esquina, por obra y gracia de la falta de acuerdo entre los partidos políticos. Aunque se presupone que, ya que solo han pasado unos meses desde las anteriores, (fueron el día 28 de abril), no habrá cambios de calado en los programas, y que serán similares a los que ya conocemos, no está de más echar un vistazo a los mismos en busca de alguna sorpresa. Y lo más lógico parece empezar por el programa que presenta el partido que actualmente ostenta el poder y que, en principio, podría continuar ejerciéndolo: el PSOE.

Según lo que se puede leer en prensa, se confirma que el programa es netamente continuista. Como cuentan, por ejemplo, en Redacción Médica, sus promesas estrella se centran en ir eliminando de forma paulatina los copagos sanitarios, en introducir la salud buco dental en la cartera de servicios y en abordar, se supone que de forma definitiva, la regulación de la eutanasia. Cuando hablan de la cartera de servicios se centran también en mejorar la atención a las enfermedades raras y la salud mental, y refiriéndose a niños y jóvenes, prometen combatir con más medios el cáncer infantil y adolescente. En esencia, se repite el programa anterior.

Si hay alguna laguna en el programa del partido socialista es que las referencias a la sanidad privada brillan por su ausencia. En ninguno de los sentidos, ni para relegarla, ni para promoverla; ni se habla tampoco de llegar a ninguna clase de acuerdos. Al hilo de esto es muy interesante acometer la lectura de la carta abierta que ha remitido a la prensa Juan Abarca Cidón donde dice cosas tan sensatas al próximo ejecutivo sanitario como “que tenga el sentido común necesario para tratar de incluir en su oferta a los ciudadanos todos los recursos disponibles, con independencia de cuál sea su titularidad”. Además de aportarnos datos interesantes del último informe publicado por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) sobre la aportación del sistema sanitario privado a nuestra sanidad.

El partido socialista ha sido el primero en presentar su programa. Habrá que estar atentos a las propuestas del resto de partidos políticos.

viernes, 4 de octubre de 2019

La libre elección de hospital en el alero

Esta semana se pueden leer en prensa dos noticias cuya lectura conjunta no es precisamente complementaria, sino que resulta muy paradójica. Por un lado tenemos una cifra ciertamente de peso: son ya más de 115.000 los madrileños que han decidido cambiar de hospital para evitar las listas de espera que actualmente sufren. La importancia de este cambio estriba en que han decidido abandonar el que era su centro de referencia, “el que les corresponde”, (normalmente el más cercano a su domicilio), para empezar a acudir a uno de los cinco hospitales que a día de hoy son de gestión indirecta en la comunidad de Madrid.

Recordemos que actualmente un madrileño puede optar por elegir libremente en qué hospital quiere ser atendido, según lo estipulado en la la ley actual. Esta ley regula la libre elección tanto de médico de familia, pediatra y enfermero en la atención primaria, como como la del médico y hospital en la atención especializada, estando excluidas únicamente la atención domiciliaria y las urgencias.

Y no solo se pide el cambio de hospital debido a las listas de espera. Aunque sin duda sea la causa principal también hay otras, como el equipamiento tecnológico del nuevo centro elegido, el trato recibido o la efectividad de los tratamientos. Cabe destacar que el listado de menores listas de espera está encabezado por dos centros de gestión indirecta, como son el Hospital Universitario Infanta Elena y la Fundación Jiménez Díaz, con cifras muy inferiores a la media de todos los hospitales de la Comunidad de Madrid.

Como contraposición a todo lo relatado también podemos leer en prensa la noticia sobre la proposición no de ley presentada por el grupo Más Madrid, para su debate en la Asamblea de Madrid, que apostaba por poner punto y final al convenio que el Servicio Madrileño de Salud tiene a día de hoy suscrito con la Fundación Jiménez Díaz. La proposición también ponía en entredicho todo el funcionamiento actual del sistema de salud madrileño. Por suerte para los pacientes madrileños finalmente dicha proposición ha sido desestimada.

No está de más recordar que la situación actual, en la que conviven de forma satisfactoria cinco centros de gestión indirecta con el resto de los hospitales, de gestión pública, es la que ha propiciado la reducción de las listas de espera. Las cifras son mejores en los centros gestionados de firma indirecta y por eso los madrileños, ejerciendo su derecho a la elección de centro de atención especializada están optando por ellos para sucesivas consultas, tratamientos y operaciones.

El texto de la proposición no de ley ponía en solfa los convenios suscritos y la elección de centro por parte de los pacientes. Es muy curioso percatarse de que la propia proposición presentada por el grupo Más Madrid reconocía, dentro de los puntos de su argumentario, que la principal causa por la que los ciudadanos de la Comunidad de Madrid piden el cambio de Hospital, trasladándose en la mayoría de los casos a uno de los centros de gestión indirecta, es que en ellos las listas de espera son menores, sin entrar a profundizar en por qué, sin ver que la gestión es más racional y efectiva en dichos centros.

No acaban aquí las paradojas ya que la proposición también asumía que los hospitales de gestión indirecta son más recomendados por los pacientes, muestran unos mayores índices de satisfacción, lo que conlleva en una mayor fidelización de los usuarios. Por contra, algunos de los argumentos que ponían en contra de los convenios actuales son fácilmente rebatibles, como cuando señalaban que las carteras de los servicios de los hospitales de gestión indirectos son inferiores. Solamente hay que mirar las especialidades que ofrecen, por ejemplo, la Fundación Jiménez Díaz y el Hospital Rey Juan Carlos, para comprobar que esto no es cierto.