martes, 25 de agosto de 2020

Coronavirus: La situación se complica en Madrid y en toda España

Pasan los días y, pese a las reticencias iniciales del Ministerio de Sanidad a considerar esto una segunda ola, el virus sigue campando a sus anchas, especialmente en algunas regiones españolas. Y en muchas zonas ya se puede hablar claramente de transmisión comunitaria. La diferencia con la primera ola es que, aunque ahora podamos rebasar aquellas cifras de diagnosticados a través de las pruebas PCR, no se puede establecer un paralelismo, ya que el aspecto positivo ahora mismo es que se hacen muchos más tests, y como consecuencia se detectan también muchos portadores asintomáticos del SARS-CoV-2. En la primera ola prácticamente todos los diagnosticados mostraban síntomas claros de covid-19.

Si centramos el foco en Madrid hay que decir sin ambages que la situación es mala. Los hospitalizados en nuestra comunidad han crecido un 24% en los últimos cuatro días y alcanzan ya la cifra de 1.544 pacientes. Los casos detectados crecen de forma sostenida y recientemente ha sido necesario la toma de medidas concretas, como el confinamiento de la localidad de Tielmes. Pero esto puede ser tan solo el principìo, ya que el doctor Simón, como todos sabéis, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias, ya ha dejado caer que si la incidencia sigue aumentando “habrá que tomar medidas drásticas”, si bien es consciente de la complejidad que tiene esto en la zona del Madrid metropolitano.


Mientras la Comunidad continúa preparando, como todas las demás, la vuelta presencial al cole, algo que casi todos consideramos necesario, pero no por ello deja de generar una gran incertidumbre en muchos estamentos. Pero lo que más nos sigue preocupando a todos sigue siendo que nuestro sistema sanitario aguante esta segunda embestida, de momento más controlada, que no se vuelva a repetir la situación de abril, cuando hubo que poner en marcha el hospital de IFEMA, mientras paradójicamente la sanidad privada y la concertada insistían en que tenía camas, camas UCI, y por supuesto miles de profesionales “puestos a disposición en la lucha” contra el coronavirus.

jueves, 13 de agosto de 2020

¿Cómo va la carrera por la vacuna contra el coronavirus?

Ahora sí que podemos decir, sin temor a equivocarnos, que digan lo que digan desde el Ministerio de sanidad, esto es ya una segunda oleada de SARS-CoV-2 en toda regla, o que al menos lo parece. O si nos ponemos muy puntillosos, lo es ya en algunas comunidades autónomas, como Aragón, Cataluña y Euskadi, mientras que en la Comunidad de Madrid vamos camino de ello.


Vistas así las cosas, y más allá de pedir que se sigan poniendo todos los recursos a nuestro alcance en el “asador” por un lado, y responsabilidad individual, por otro, muchos ojos se giran hacia las vacunas. Por decirlo de algún modo, la gran “esperanza blanca” que puede ayudar a que controlemos la transmisión comunitaria, que ya parece ser una realidad, a la vez que nos acerque, de una manera más rápida, pero exenta de riesgos, a una inmunidad de grupo que nos ayude a salir de esta.


Podríamos decir que es una temeridad hablar de fechas, pero si desde el Instituto Robert Koch, centro epidemiológico en Alemania, se atreven a decir que es posible que haya vacuna contra la Covid-19 este otoño, no somos quien por aquí para contradecirlos. Eso sí, advierten que esto tampoco tiene por qué significar el control total sobre la pandemia; vamos que no es tan sencillo.


Otros expertos son más prudentes y hablan de principios de 2020 e incluso de mediados. Además hay que tener en cuenta, y esto lo ha comentado incluso el doctor Fernando Simón, que la primera vacuna será muy bienvenida, pero no quiere decir que sea la más efectiva. Hay muchas técnicas para conseguir una vacuna, unas son más rápidas de desarrollar que otras, y no todas pueden garantizar el mismo nivel de inmunidad. Paciencia.


De momento, los que no están teniendo paciencia son los promotores de la vacuna rusa. O más bien los responsables políticos, ya que esta ha sido la primera en ser aprobada por un gobierno, y suscita multitud de dudas, entre ellas la falta de publicación de estudios con resultados. Que el aval esgrimido sea que la ha probado la hija del mandatario, y que la hayan denominado Sputnik V, tampoco ayuda demasiado, la verdad.


Más aquiescencias parece estar recogiendo, por contra, la vacuna que se está desarrollando en la Universidad de Oxford, junto al laboratorio AstraZeneca, que es una de las que se encuentra ya en fase 3 de la investigación. Hoy hemos sabido que también se va a fabricar en Argentina y en México, para garantizar el abastecimiento en latinoamérica. Esta vacuna está obteniendo buenos resultados que sí se van publicando en revistas científicas, y está ya en producción, (lo que llaman “a riesgo”), para tener trabajo adelantado cuando la investigación finalice.


En total son seis los proyectos de vacuna que ya se encuentran en la fase 3. Además de la de Oxford podríamos contar en el futuro con la vacuna Sinovac, desarrollada en China; con la vacuna de Moderna y el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas NIAID, en los Estados Unidos; Sinopharm, por su parte, con dos proyectos en China, uno en Pekín y otro en Wuhan; y por último, a caballo entre Estados Unidos y Alemania, BioNTech, junto a Fosun Pharma y Pfizer también tienen un proyecto en fase 3. Ninguna de ellas, por lo que vemos, es la rusa, que parece estar solo en fase 1. Por su parte, la vacuna de CanSino Biological Inc, desde China, que al principio era de las más prometedoras, está ahora mismo en fase 2.


En España también hay muchos proyectos en marcha, entre ellos dos en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del CSIC, que esperemos lleguen a buen puerto.


miércoles, 5 de agosto de 2020

Coronavirus en Madrid: es momento de responsabilidad

Por supuesto, por parte de todos. Por parte de nuestros dirigentes políticos, a nivel de la Comunidad de Madrid y de gobierno central, pero también es momento de la responsabilidad individual: del lavado de manos, del distanciamiento social y del uso de la mascarilla.


Si bien es cierto que la situación parece más grave en Aragón y en Cataluña, donde ha habido transmisión comunitaria, Madrid tuvo el triste honor de colocarse como la segunda comunidad en número de nuevos casos el jueves pasado, cuando se incorporaron un total de 442 casos al registro, de los cuales 225 correspondieron a un período de 24 horas. Desde entonces los brotes han seguido multiplicándose, y durante esta semana se ha llegado a un total de 22 focos detectados.


Como ciudadanos deberíamos estar informados de que recientemente se ha presentado una nueva batería de medidas anti-covid-19. Las más destacada es, quizás, que nos unimos al resto de las comunidades en la obligatoriedad de la mascarilla, que ahora hay que usar en todo tipo de espacios, abiertos y cerrados, independientemente de que se pueda mantener la distancia de seguridad interpersonal.


¿Y qué hay de las administraciones públicas? Si se confirma que hay una segunda oleada van a ser necesarias varias cosas: por un lado que se rastree más y mejor, y por otro que dispongamos del máximo de recursos, (camas, personal, centros), para lo cual la colaboración público-privada va a ser más necesaria que nunca, y sería importante que se haga de forma planificada y no como fruto de la improvisación. 


Y no hablamos solamente de Madrid, ya que actualmente toda España se encuentra a la cola europea en cuanto a colaboración sanitaria público-privada. Cuando en la primera ola del coronavirus se puso en marcha la colaboración se hizo desde una óptica de imposición, cuando ya la sanidad privada se había puesto a disposición del interés general, lo que provocó fallos organizativos, con recursos preparados para recibir a enfermos de covid-19 que finalmente no fueron usados, a la vez que se ponían en marcha hospitales de campaña.


Según ha destacado Carlos Rus, presidente de la Alianza de Sanidad Privada Española (ASPE) hay diferencias significativas entre lo que se ha hecho en España donde no hay homogeneidad entre comunidades, y las claras fórmulas de colaboración que se han estimulado en países como Francia, Alemania y Reino Unido, donde se ha buscado primar el correcto servicio al ciudadano en el marco de la pandemia que sufrimos.