No se trata de denostar la necesidad en un momento dado de abordar un problema acuciante mediante la puesta en marcha de un plan de choque. Habrá mil ocasiones en las que esto sea procedente e incluso imprescindible. Pero cuando se acaba hablando una y otra vez de algunos de los problemas larvados de la sanidad española, quizás sea el momento de la búsqueda de acuerdos estables y de la planificación a largo plazo.
En un artículo publicado en la Gaceta Médica, Antonio Alarcó Hernández, catedrático de Cirugía y portavoz de Sanidad en el Senado del grupo popular, cita un par de aspectos claves al hablar del aprovechamiento más racional de los recursos sanitarios. Uno de ellos es que el paciente, y no el profesional, tiene que ser el centro del sistema sanitario. Aboga también por un Pacto por la Sanidad que fije, entre otros aspectos, una cartera de servicios universales. Dicho de otra forma: por no tener 17 servicios sanitarios diferentes. Una reforma de calado es necesaria, a su juicio, pero no solo por la gravedad de la coyuntura actual, por la necesidad de afrontar problemas urgentes; también es importante para abordar uno de los principales atolladeros a los que se enfrenta nuestro sistema: las listas de espera. Piensa que tal y como se habló en las conversaciones del Tratado de Maastricht "la sanidad será de financiación pública con provisión de servicios libres, que la haga quien la haga, con un sistema de acreditación europeo". Por ahí pasa el futuro.
Lo más interesante de las reflexiones de Alarcó es que no solo se centran en el corto plazo. En algunas comunidades no hay planes que fijen un funcionamiento claro y estable de las colaboraciones público-privadas para un uso racional de los recursos. Y eso sin entrar a hablar sobre que, de haber planes, pueden ser 17 planes totalmente diferentes. No es infrecuente encontrarse en la prensa noticias que hacen pensar en improvisación; en hacer un uso de la sanidad privada, sí, pero sin planificación alguna. Hace unos días publicaban en la web de la radio-televisión pública asturiana que el SESPA (el sistema sanitario del Principado de Asturias) había presentado un plan de choque para reducir las listas de espera, de aquí a final de año, que incluye nuevas derivaciones a la red privada. Lo que en principio se puede considerar como una buena idea se ha encontrado, por un lado, con los sindicatos CCOO y UGT que piden que se minimicen estas derivaciones y se optimicen los recursos públicos. Por otro lado, los hospitales privados asturianos dicen no estar en condiciones de dar respuesta a las necesidades por la falta de personal de enfermería. Serían mucho más interesantes planes sostenidos en el tiempo, usando la vía de la concertación (no confundir con privatizaciones) para que se planifique el uso de los recursos disponibles a largo plazo.
El jueves pasado la Fundación IDIS presentó los resultados de una encuesta realizada entre la ciudadanía sobre el tema de la colaboración público-privada. La verdad es que los resultados son bastante claros, siendo la principal conclusión que el 75% de los españoles considera necesario impulsar la cooperación entre ambos sectores. Según los responsables de la fundación la percepción de este tipo de colaboración siempre ha sido buena, pero parece haber mejorado a raíz de la pandemia. También destaca que casi todos los encuestados consideran esencial la igualdad en el acceso, algo que desde IDIS consideran que se aborda con más garantías desde la colaboración.
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