jueves, 29 de septiembre de 2022

La Comunidad Valenciana recurre a la sanidad privada para aliviar las listas de espera

En este espacio se ha hablado en más de una ocasión de la sanidad valenciana. Si bien es el seguimiento de la sanidad madrileña lo que aquí interesa, se han establecido a veces paralelismos interesantes, ya que en ambas comunidades, con sus particularidades, han funcionado diversos acuerdos de colaboración público-privada. Habría que decir que con éxito, pero eso a veces depende de quién cuente la historia. Así que lo mejor es remitirnos a los hechos.

En la Comunidad Valenciana esta colaboración, un modelo de gestión indirecta de algunos hospitales, siempre se ha conocido como “modelo Alzira”, ya que el Hospital Universitario de la Ribera, en esta localidad, fue el primer centro público de España gestionado bajo la modalidad de concesión administrativa.


En la Comunidad Valenciana todo esto se ha intentado revertir por motivos políticos, sin que hubiera una justificación clara basada en hechos y cifras, y sin buscar el beneficio de los ciudadanos, al fin y a la postre los usuarios del sistema público de salud.


Se puede hacer una pequeña cronología de los hechos.


Desde abril de 2018, el mencionado Hospital Universitario de La Ribera dejó de ser gestionado de forma indirecta, pasando a estar bajo el único control de la Generalitat. El movimiento supuso un sobrecoste estimado en unos 76 millones de euros, según el Informe de marzo de 2020 del Cuadro de Mando del Seguimiento del Gasto elaborado por la propia Generalitat Valenciana


En octubre de 2020, y pese a los precedentes negativos, se decidió también rescindir la gestión indirecta en el Hospital de Torrevieja. Fuentes oficiales de la Conselleria de Sanidad de la Generalitat Valenciana reconocieron que dicha decisión se tomaba sin que existiera ningún informe que avalara su conveniencia. Se trató, entonces, de una decisión meramente política. 


Aunque en realidad sí había un informe: el elaborado por la Sindicatura de Comptes de la Comunidad Valenciana que afirmaba que el Departamento de Salud de Torrevieja era “una de las áreas más eficientes a la hora de evaluar conjuntamente el principio de economía y el principio de eficacia”. Esto se traducía en un ahorro de alrededor de 45 millones de euros anuales para la Generalitat. Es decir, para los ciudadanos valencianos. 

Lo que ha resultado paradójico ha sido que el nuevo curso político de comienzo con el presidente de la Generalitat reconociendo ahora que “es evidente que tenemos muchísimas deficiencias" y añadiendo: "Tenemos un motivo de preocupación: las listas de espera, situada entorno a 100 días para operarse” y  atribuyendo los retrasos a la pandemia. Que sí, es cierto que ha influido a todos los sistemas sanitarios españoles, pero a tenor de las medidas que ahora toma parece que no ha sido la única causa.


Dentro del anuncio de más de 70 acciones políticas, muchas de ellas relacionadas con la sanidad, Ximo Puig ha anunciado en comparecencia pública que uno de los planes que tiene su Ejecutivo para reducir las listas de espera consiste “en derivar a la sanidad privada si el paciente tiene que esperar más de 60 días para ser intervenido quirúrgicamente en el sistema público”.


La noticia sorprende por lo que tiene de rectificación en el discurso habitual, pero no deja de ser la asunción de la realidad, ya que en la Comunidad Valenciana se hacen miles de derivaciones a hospitales y clínicas privadas. En concreto, según cuentan en ConSalud, durante los 4 primeros meses de 2022 se han derivado más de 9.200 pacientes, lo que se puede traducir en un gasto de más de 7 millones de euros. 


Parece ser que a pesar de estos números y de la medida que han anunciado mantienen la hoja de ruta, y que para el futuro hay previstas nuevas reversiones en Denia y Manises. En lugar de aferrarse a un sistema que estaba funcionando con eficiencia, se van abocados a un sistema de derivaciones que acaba siendo mucho más caro. Todo por mantener una decisión política.


jueves, 22 de septiembre de 2022

¿Una nueva Ley de listas de espera en Madrid?

La semana pasada la oposición política en la Comunidad de Madrid hizo una propuesta relativa a las listas de espera: la creación de una ley para que se limite el número de días de permanencia en las listas de espera. Concretamente Mónica García explicó que se trataría de limitar la espera en las operaciones quirúrgicas hasta un máximo de entre 30 y 60 días, la espera en las consultas externas un máximo de 30 días (la primera vez y 60 las siguientes) y en 21 días el tiempo de espera para pruebas diagnósticas y terapéuticas (7 días en el caso de sospecha de malignidad).

Exactamente un día antes la Comunidad de Madrid había presentado, el anuncio lo hizo la presidenta Isabel Díaz Ayuso, el plan de listas de espera en la sanidad pública madrileña para el periodo 2022-2024. El principal propósito de dicho plan es reducir a la mitad los tiempos de atención y organizar las listas por prioridad clínica.


Este plan también pone cifras encima de la mesa. Por un lado, la dotación sería de 215 millones de euros, pero también propone umbrales de tiempo que habría que intentar no rebasar. Además de en la prensa, se puede encontrar la información precisa en la web de la Comunidad de Madrid. Estos son los objetivos:

“Se proporcionará a los ciudadanos una asistencia programada no urgente para cirugías, primeras consultas y pruebas diagnósticas con el objetivo de situarlas en un tiempo inferior a 45 días de demora media. Además, se mejorarán los criterios de priorización y tiempos de espera, reduciéndolos a la mitad.


Se establecerán criterios para fijar un máximo de 45 días para cirugía cardiaca, coronaria o valvular; en 60 para intervenciones como cataratas o prótesis de cadera, y tendrá como límite 90 en el caso de los 25 procedimientos más comunes (fístula, hemorroides, hernias discales, varices o artroscopia de rodilla, entre otros). Se mantiene como hasta ahora el tope de 30 días para cirugías de procesos oncológicos.”


Una ley, un plan…Voluntad de reducir las listas de espera parece haber por parte de todos. Ahora faltaría concretar cómo se hace y tal vez mostrar cierta voluntad de acuerdo con la finalidad de poner todos los medios posibles a trabajar en favor del objetivo.


Hace no mucho comentamos por aquí la situación de las listas de espera quirúrgicas en Madrid a mitad de año. Según a quien leas, esas listas están enquistadas o son las “mejores de España” junto a las del País Vasco. El hecho es que las listas son, obviamente, mejorables y las cifras son aún peores que las que había antes de que diera comienzo la pandemia. Pero, por otro lado, son mejores que las que había hace más o menos un año. Así que la senda es buena, aunque habría que aumentar el ritmo de mejora. No conformarse.


Estando todos de acuerdo en que hay que hacerlo, se pueden hacer dos cosas. Por un lado, aumentar los presupuestos y, por otro, seguir apostando por la gestión indirecta, un tipo de colaboración público-privada que nada tiene que ver con las privatizaciones y que hace que todos los madrileños tengan acceso a más recursos. ¿La sanidad madrileña mejora la media española de listas de espera? Sí, pero no es suficiente. Se echa de menos cierto grado de consenso en las cosas que están funcionando para que lo hagan aún mejor.


viernes, 16 de septiembre de 2022

La sanidad madrileña pionera en la elaboración de las primeras guías sobre Cardio-Oncología

Esta es una de esas noticias sobre la sanidad madrileña a las que muy poca gente presta atención y acaban sepultadas entre el ruido del debate político. Y es de bastante interés. Se trata del desarrollo de las primeras guías sobre los efectos de los tratamientos oncológicos en el sistema cardiovascular

De esta novedad se ha hablado a raíz de la presencia del consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, en la inauguración, ayer, del VIII Simposio Internacional de Cardio-Oncología Cardio Tox 2022 que, precisamente, se celebra en el hospital madrileño. Las guías están dirigidas por Teresa López-Fernández, especialista del Hospital La Paz y por Alexander Lyon, a su vez, especialista en el Servicio de Cardio-Oncología del Hospital Royal Brompton de Londres.

La importancia de este tema estriba en que uno de cada tres enfermos de cáncer pueden desarrollar enfermedades cardiovasculares, como hipertensión, arritmias o insuficiencia cardíaca. Estos problemas clínicos, junto a las segundas neoplasias, es la causa más frecuente de mortalidad en personas que han sobrevivido a un cáncer.


Por eso es tan importante el abordaje multidisciplinar de la relación entre el tratamiento del cáncer y el riesgo cardiovascular. Y en el Hospital La Paz son pioneros en este modelo de atención, ya que las guías son una novedad, pero ya en el año 2012 se creó un equipo multidisciplinar de Cardio-Oncología en este centro hospitalario. Y desde 2015 dispone de la que en ese momento era la  única Unidad de Cardio-Onco-Hematología de España. Posteriormente la onco-cardiología se ha impulsado en otros centros que también dan servicio a todos los madrileños, como en el Hospital Fundación Jiménez Díaz.