Seguimos a vueltas con uno de los problemas estructurales más graves que tiene la sanidad madrileña, y del que ya hemos hablado en varias ocasiones: la falta de médicos en Atención Primaria.
Podemos leer esta semana en prensa qué es los que han decidido hacer los residentes (MIR) que acaban su formación de 5 años este mes de julio en la Comunidad de Madrid. En cuanto a los Médicos de Familia: “Han sido 149 MIR de último año los que se interesaron por alguna de las plazas que ha puesto sobre la mesa la Consejería de Sanidad esta semana y así continuar su experiencia laboral, ya como adjuntos, en los centros de salud madrileños. Finalmente, han elegido plaza 85”.
Para poner en el contexto adecuado esta cifra hay que tener en cuenta que se han cubierto poco más de la mitad de las 164 plazas que ofertaban los centros de salud madrileños. La cifra es algo mejor que la del año pasado, y un aspecto relevante es que 15 de los nuevos médicos van a trabajar en 5 centros que presentaban una situación crítica.
Peor es el panorama si hablamos de los médicos pediatras. Las plazas ofertadas han sido un total de 29. Han sido 6 los médicos que se han interesado en ellas, y finalmente tan solo 2 pediatras se quedan en los centros de salud madrileños. Tal y como advierte Amyts, la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid: “La Pediatría de Atención Primaria está en una situación crítica y se necesitan distintas soluciones para no perder un valor único en nuestra sanidad”.
En resumen, la sanidad pública madrileña sigue necesitando más médicos de Atención Primaria, aquellos que conforman la primera línea de asistencia al ciudadano. La situación mejora ligeramente, probablemente debido en parte al complemento retributivo de 500 euros ofrecidos a los médicos que se deciden a cubrir las “plazas difíciles”. Pero como vemos, la situación es delicada, y si hablamos de pediatría, aún más.
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