Ya ha pasado el tsunami electoral, y ahora todas las miradas están pendientes del enésimo intento de formación de gobierno. Si algo nos quedó claro en campaña electoral, es que todas las formaciones políticas coincidían en que era necesario aumentar la financiación de nuestro sistema sanitario.
Una vez fijada dicha premisa, lo que está por ver es cómo se gasta ese dinero, de la forma más óptima y sin que se pierda dinero por el camino. Vamos, que toda la inversión redunde en beneficio de la asistencia a los pacientes. Al hilo de esto leemos una noticia preocupante en Redacción Médica.com: Cada año se van por el desagüe 22.000 millones que invertimos en sanidad.
Al menos en el artículo referenciado nos dan alguna pista sobre cómo se puede revertir dicha situación. La clave parece estar en medir los resultados en salud, y sobre ello se ha estado debatiendo en el XI Encuentro Global de Directivos de la Salud. Quizás lo más interesante es que se ha hablado de diversas experiencias de medición de resultados ya puestas en marcha en España. Por ejemplo, a nivel de toda España ya funciona el Valtermed que mide la eficacia de los medicamentos o también tenemos la experiencia del Servicio Gallego de Salud, (Sergas), que ha apostado por el big data para sacar resultados. José Ramón Luis-Yagüe, director de relaciones con las CCAA de Farmaindustria, nos da el dato de los 22.000 millones de euros perdidos, comentando que se debe a ineficiencias en la gestión y, más de la mitad, a la pérdida de adherencia de tratamientos. Esto es, tratamientos que no se cumplen.
La eficiencia en la gestión y la medición de resultados se podrían compaginar perfectamente con las propuestas que, previamente a las elecciones, hacían desde el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS). Por ejemplo, nos comentan que la desgravación de los seguros médicos privados puede ahorrar costes al sistema sanitario y de paso, reducir su carga asistencial. Esta propuesta se une a otras reivindicaciones de IDIS que ya conocemos y que se resumen en aumentar la financiación pública en sanidad, (en esto todos de acuerdo), reforzar el modelo de gestión del Sistema Nacional de Salud y aprovechar las fórmulas de colaboración público-privadas. Ojalá se pudiera incidir en esta última, en algo tan racional como que debemos aprovechar al máximo todos los recursos a nuestro alcance, dando acceso a ellos a toda la ciudadanía.
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