Es una pena constatar que ahora mismo, en lugar de hablar de cómo afrontar mejor entre todos la lucha contra el coronavirus SARS-CoV-2, de cómo orientar todos los recursos disponibles, públicos y privados, en pos de un objetivo común, y de la evolución de la enfermedad en nuestra Comunidad, estamos a otra cosa. Los ciudadanos asistimos a discusiones entre los responsables políticos de las diferentes administraciones, con la guinda de la incertidumbre de no saber si las decisiones tomadas van a ser refrendadas o, por el contrario, anuladas o modificadas por el poder judicial.
Entre las últimas novedades tenemos que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, alegando que afectaban a derechos y libertades fundamentales, anuló las medidas tomadas por el ministro Illa para confinar, especialmente, la ciudad de Madrid. Recordemos que en primera instancia la Comunidad puso en marcha confinamientos perimetrales que afectaban a unos barrios de Madrid capital y a otros no. Posteriormente el gobierno central ha optado porque toda España se someta a unas restricciones que, en función de tres baremos, marquen en qué momento se tiene que confinar una ciudad por completo.
El Gobierno decreta el 'Estado de Alarma' en la Comunidad de Madrid https://t.co/1MEeYHS9Oi
— Fuenlabrada Noticias (@Fn_noticias) October 9, 2020
Tras el varapalo judicial la situación cambió de nuevo, y el presidente Sánchez sugirió que iba optar por el estado de alarma en Madrid, pero ateniéndose a sus compromisos iba a abrir un nuevo proceso de negociación con la presidenta Ayuso. Mientras tanto, los ciudadanos madrileños hemos estado durante unas horas (y estaremos hasta que lo diga el BOE) sin unas restricciones claras que cumplir y escuchando peticiones, no respaldadas por normas, de que restrinjamos la movilidad. Pues bien, el culebrón en los últimos instantes acaba de dar un paso más, y finalmente desde el gobierno central ha decidido de forma unilateral decretar el estado de alarma para poder confinar Madrid y otras localidades de forma perimetral. Alegan que la Comunidad no ha aceptado ninguno de los escenarios propuestos por el gobierno. Esta decisión, motivada por la falta de acuerdo, junto a la guerra de cifras que se traen ambos gobiernos entre manos, cada uno de ellos respaldado por diversos medios de comunicación, va a traer cola. Ahora mismo los madrileños estamos confusos y a la expectativa, sin saber a ciencia cierta qué es lo que podemos hacer, y lo que no, y desde cuándo.
Y es inevitable pensar que, mientras todo el lío tiene que ver con un tipo muy concreto de medidas, no se habla de nada más. No se habla de los recursos del sistema sanitario que no se refuerzan, no se habla de la atención primaria, no se habla de que sería conveniente tener más rastreadores y no se habla de los últimos consejos de la comunidad científica, que advierten de la importancia ya demostrada del contagio por aerosoles, lo que multiplica la importancia del uso adecuado de las mascarillas y de la ventilación. No se habla de muchas cosas. Por ejemplo, no sabemos si llegó a buen puerto el acuerdo de colaboración con la sanidad privada para que se de oxígeno al sistema de salud madrileño con el uso de esos recursos que ya están ahí, a nuestra disposición. Y lo mismo con la puesta en marcha de los hoteles medicalizados. Por favor, que las discusiones entre administraciones y las guerras de cifras no nos hagan olvidar todo esto. Lo más importante El coronavirus sigue ahí.
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