Antes de comentar algunas opiniones surgidas los últimos días sobre el tema, convendría hacer un pequeño repaso del camino que lleva recorrido esta Ley, que aún no ha visto la luz. El 8 de noviembre del año pasado, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de Ley de Equidad, Universalidad y Cohesión sanitarias. Podemos, socio de gobierno, mostraba sus discrepancias desde el principio, mientras la ministra de Sanidad, Carolina Darias, explicaba que el objetivo de la Ley es “blindar el acceso universal a la sanidad pública y eliminar nuevos copagos en el sistema sanitario”.
Desde Podemos dejaron claro que iban a presentar enmiendas cuando se llegara al trámite parlamentario, ya que están totalmente en contra de la gestión indirecta, es decir, de las fórmulas de colaboración público-privada. Desde la Fundación IDIS, en cambio, valoraron de forma positiva “el mantenimiento de las fórmulas diferentes al modelo de gestión sanitaria directa, en beneficio de un sistema sanitario lo mejor posible para todos”.
El #BOCG publica hoy el Proyecto de Ley por la que se modifican diversas normas para consolidar la equidad, universalidad y cohesión del Sistema Nacional de Salud, entre otros asuntos.
— Congreso (@Congreso_Es) June 24, 2022
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La Ley ahora ha vuelto a primera línea de actualidad ya que un reciente Consejo de Ministros ha acordado, por fin, “remitir a las Cortes el Proyecto de Ley por el que se modifican diversas normas para consolidar la Equidad, Universalidad y Cohesión del Sistema Nacional de Salud”. Darias ha insistido en que la intención del gobierno es blindar la sanidad pública y la gestión directa como el modelo “a seguir”. Dejan una pequeña puerta abierta a que se utilice la gestión indirecta sólo en determinados casos, siempre como un apoyo, y nunca como sustitución de la gestión directa.
Otros temas que recoge la Ley, como explicaba Darias en noviembre, son las garantías para que no se puedan volver a introducir nuevos copagos sanitarios. También se regula el derecho a la protección a la salud y la asistencia sanitaria de las personas no registradas ni autorizadas como residentes en España.
A día de hoy, Podemos continúa mostrando sus reticencias al texto, ya que la Ley de Equidad no explicita cuáles son las excepciones en las que se permite la colaboración público-privada. De hecho ellos lo que quieren es derogar “en fondo y forma” la Ley 15/1997 en la que se habilitaron nuevas formas de gestión del Sistema Nacional de Salud como la gestión indirecta. El PSOE, por su parte, sostiene que con la nueva ley esto no es necesario.
Por contra, muchas otras opiniones aparecidas en prensa sobre la Ley de Equidad van en sentido contrario, defendiendo las fórmulas de colaboración.
Círculo de la Sanidad: Consideran que es necesario "eliminar prejuicios sobre la colaboración público-privada" y piden ayuda a los partidos políticos para que durante la tramitación de la ley "puedan corregir los aspectos más lesivos de la norma". A su juicio, esta ley responde a “intereses políticos que no están conectados con las verdaderas necesidades sanitarias de la población”.
Alianza General de Pacientes (AGP): Desde este colectivo piensan que la ley habría requerido una auditoría previa a la tramitación parlamentaria. Están de acuerdo en garantizar la atención sanitaria y sociosanitaria bajo criterios de equidad, cohesión y universalidad de la sanidad pública. Pero piensan que “no se puede penalizar al sistema privado y que se deberían establecer fórmulas de colaboración entre ambos sistemas”.
Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE): Consideran que esta ley supone la “limitación de los modelos públicos de gestión en manos de las comunidades autónomas”. Por eso, no descartan acudir a la justicia, ya que consideran que se genera un conflicto competencial. Piensan, además, que las Consejerías de Sanidad autonómicas se verán privadas de fórmulas de colaboración que en momentos de gran demanda pueden suponer un gran alivio para el Sistema Nacional de Salud.
CEIM-Confederación Empresarial de Madrid: Desde la patronal madrileña opinan que la colaboración público-privada "ahorra costes al sistema público y genera empleo". Es un error, por tanto ponerle trabas. Piensan, por otro lado, que la Ley de Equidad tiene aspectos positivos como la eliminación de los copagos y la clarificación del acceso a la asistencia sanitaria universal.