miércoles, 12 de febrero de 2020

¿Qué pasaría si prescindimos de la sanidad privada en España?

El acuerdo de coalición firmado por PSOE y Podemos finalmente se ha convertido en el bosquejo del programa de gobierno, una vez que Pedro Sánchez consiguió ser ratificado como presidente de gobierno. En dicho acuerdo se hace una apuesta por la gestión pública directa de la sanidad . Esta apuesta, si se lleva hasta sus últimas consecuencias, podría suponer la eliminación de los acuerdos de colaboración público-privada que actualmente están funcionando y, todo hay que decirlo, en muchos casos están funcionando bien.

Lo primero que estaría por ver es, ya que la atención sanitaria está transferida a las comunidades autónomas, hasta qué punto desde el ministerio de sanidad se pueden acotar este tipo de acuerdos. Al hilo de esto resulta interesante leer la columna de opinión que firma Carlos Rus, presidente de ASPE (Alianza por la Sanidad Privada Española) en el diario Cinco Días donde lanza varias reflexiones. Por ejemplo, nos recuerda que el sistema sanitario español es considerado el más eficiente de toda Europa, y el tercero a nivel mundial. Este estatus se ha conseguido con el actual modelo que incluye la colaboración entre sanidad pública y privada, lo que supone una gestión eficiente de los recursos disponibles y representa una opción eficaz para hacer frente a situaciones puntuales de colapso. Dicho de otra forma, todos los ciudadanos podemos hacer uso de los recursos de los que disponen los centros privados. En el artículo hay más datos sobre el aporte de la sanidad privada, para quien quiera consultarlos.

En el medio especializado ConSalud.es recogen la opinión de Isidro Díaz de Bustamante, de la Asociación de Centros y Empresas de Hospitalización Privada de Madrid, que hace hincapié en otro aspecto interesante: el gasto sanitario por habitante y año dista mucho de ser homogéneo en las distintas comunidades autónomas. Los diferentes rangos de inversión, además, según Díaz de Bustamante, no están directamente relacionados con un estudio preciso de las necesidades de cada comunidad. También pone en valor el hecho de que en la Comunidad de Madrid. Nos da también algunos datos como que, por ejemplo, el sector privado en la región cuenta con el 59% de los hospitales y el 33% de las camas existentes en la región.

Añadir a esto que Madrid es una de las comunidades donde se ven de forma clara los frutos de la colaboración, plasmados en la reducción de las listas de espera, por un lado, y en el ahorro en la inversión por habitante, por otro.

Nos tenemos que preguntar cuáles serían las consecuencias de la rescisión de todos los acuerdos de colaboración. Según Carlos Rus esto podría llegar a suponer la quiebra de muchas comunidades autónomas, por lo que considera literalmente imposible prescindir de la sanidad privada en el Sistema Sanitario de Salud. La decisión supondría prescindir de centros que han dotado de estructura sanitaria a las comunidades, suponiendo a la vez una reducción en los costes. Hoy en día hay en España más hospitales privados que públicos y el 40% del coste sanitario es privado. Los datos concretos son: 64.000 euros de gasto público, 28.500 euros de sanidad privada y 7.500 euros de colaboración público privada. Esta tercera partida de las “cuentas” es la que en principio estaría en peligro, cuando es precisamente el modelo que está garantizando a muchos ciudadanos un mejor aprovechamiento de los recursos a su alcance, de todos los recursos.

En este otro artículo, de La Voz de Almería, Serafín Balaguer, director médico de la PoliClínica HLA del Poniente, habla también de lo que pasaría si desapareciera el mutualismo, que a día de hoy agrupa a casi 2 millones de funcionarios que pueden elegir entre sanidad pública y privada. De ellos, el 84% optan de forma voluntaria por la sanidad privada. Si de un día para otro la sanidad pública tuviera que asumir su atención el aumento de gasto, y de listas de espera, sería, vamos a decirlo así, muy grande.

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