Según Sanifax, y mirando la tabla que tenemos sobre estas líneas, la lista de espera quirúrgica de la Comunidad de Madrid ha descendido de un mes a otro (en un número mínimo) o desde el punto de vista político: ha dejado de crecer. Sanifax indica que eso ha sido posible porque los nuevos responsables de la sanidad madrileña han reactivado el concierto con la sanidad privada para desatascar esas listas y reducir, o al menos intentar rebajar, el colapso que sufren las urgencias, por ejemplo. Y apunta este medio que los datos para el próximo mes serán incluso mejores (lo que tiene activar el concierto de nuevo).
Lo interesante, o al menos eso creo yo, de todo esto es que cuando ha entrado un político con nuevas ideas y buscando solucionar los problemas de los pacientes, no le ha importado tirar de lo que tiene a mano y mejor va a ayudarle para reducir las mismas, sin entrar en una discusión de que es mejor. Las listas de espera, y sobre todo las quirúrgicas, son inadmisibles y hay que reducirlas como sea. Lo preocupante, además, es que más de la mitad de los pacientes superan los 30 días de espera para ser intervenidos (y eso que Madrid, por lo visto, es una de las comunidades que mejor están...). ¿En qué sistema sanitario tiene cabida tener que esperar tanto tiempo para ser operado?
Los políticos entrarán en los matices, vendas para que ellos cubran sus problemas, y lo que me preocupa es que los pacientes terminen siendo más que meros números en manos de quienes gestionan la sanidad en las diferentes comunidades. Ojo, hemos bajado las listas de espera, dirán. Escaso consuelo. Los pacientes son personas y requieren de un sistema que les cure, por decirlo claro. Sostenibilidad, listas de espera, necesidad de dar más valor a la transparencia o como queramos señalar el problema... más allá de la discusión público o privada esto se resume en un sistema eficiente y que cure, así de simple. O colaboración, que dirán otros.
viernes, 22 de diciembre de 2017
lunes, 27 de noviembre de 2017
Avancemos con la transparencia sanitaria para tener un mejor sistema sanitario
No por tocar fondo se van a sacar adelante los problemas que enquistan el sistema de salud. Si bien, no lo voy a negar, se empiezan a tomar decisiones que ayuden a mejorar la sostenibilidad del sistema como, por ejemplo, el permitir la prescripción enfermera tras 10 años de discusión (entendiendo que esto ayudará a desatascar algo las listas de espera).
Esto son pequeños avances que no tapan el problema de la transparencia que tiene nuestro querido sistema de salud. Recordemos que la realidad es que cohabitan 17 sistemas sanitarios, tantos como CCAA, que marcan su ritmo y sus reglas, y cuyos responsables no son muy amigos de informar de las cosas que hacen (no lo van a hacer de las que no hacen, eso está claro). Eso motiva, entre otras cosas, que la convivencia sanitaria por regiones sea complicada, y que haya algunas regiones donde la atención sea mejor que en otras, porque se es más sostenible, y todo porque los pacientes de esa CCAA están mejor informados de lo que están en otras (se ajustan mejor a sus necesidades, tienen libertad de elección y valoran si es mejor ser atendidos en la sanidad privada en esa situación).
Sin la transparencia adecuada, y sin unas normas iguales para todos, será difícil acabar con las críticas que señalan a la sanidad privada. En vez de discutir si es mejor una u otra, todos los responsables deberían ser ya conscientes de que este modelo sanitario es complicado que mejore su sostenibilidad sin un modelo mixto que agilice el servicio. Y para ello, es imprescindible comunicar todo lo que se hace, que no haya lugar a dudas para que los pacientes sepan sacar sus conclusiones y decidir en consecuencia.
Al final a quienes deben tomar las decisiones se les olvida que somos los pacientes la parte de verdad importante y a quienes deben dar servicio, y si eso requiere recibir más información y que la sanidad sea más transparente a nivel informativo, deberemos exigirlo. Se trata de tener buen servicio, que el día de mañana tengamos un sistema sanitario conforme a lo que demandamos, y dejar ya de una vez de criticar.
lunes, 6 de noviembre de 2017
La sostenibilidad sanitaria necesita de la libre elección para cubrir las futuras necesidades de los pacientes (y II)
Una sanidad basada en la libertad del paciente para elegir el médico o el centro sanitario donde quiere ser tratado, es una sanidad que solo puede avanzar hacia la calidad, hacia un sistema más cercano y más humanizado. De hecho, termina por fomentar el trabajo bien hecho.
La libertad de elección fortalece la capacidad de los ciudadanos a la hora de participar realmente en la toma de decisiones relacionadas con su salud. Algo que los usuarios valoran muy positivamente. Y al mismo tiempo, también facilita a los responsables de los servicios públicos sanitarios la percepción que tienen los pacientes acerca de la calidad de la atención sanitaria. Así, proporciona una información relevante y de gran utilidad para gestionar los recursos públicos bajo los principios de eficiencia y de equidad. Y esto último debe ser vital para alcanzar el objetivo final: conseguir la sostenibilidad del sistema nacional de salud.
Los hospitales de gestión indirecta son hospitales de titularidad pública que están integrados en la red sanitaria en idénticas condiciones que el resto de hospitales e, independientemente de su modelo de gestión, desarrollan una labor asistencial de gran valor (en todos los hospitales los ciudadanos son atendidos por profesionales formados en el propio sistema).
Durante 2016, y tomando el ejemplo de Madrid, un número de pacientes, ejerciendo su derecho a la libre elección, decidieron acudir a otros hospitales. Las consultas de libre elección sobre el total de las consultas realizadas representaron aproximadamente el 1,75% (o se movieron sobre porcentajes muy residuales), pero la satisfacción expresada por los usuarios en relación a la asistencia recibida alcanzó valores altos (en torno a un 90% de los pacientes atendidos quedaron satisfechos).
Puede ocurrir, por ejemplo, que el número de consultas abiertas a libre elección o los plazos de atención a los pacientes en la Fundación Jiménez Díaz, o en los hospitales de gestión indirecta, resulten más atractivos para los pacientes que los ofrecidos por los hospitales de gestión directa. Lo cierto es que los madrileños no eligen un hospital u otro por su modelo de gestión, porque para ellos no es un modelo relevante, sino por otro tipo de razones:
- la confianza
- la cercanía
- una menor lista de espera
- horarios más ajustados a sus necesidades
lunes, 23 de octubre de 2017
La sostenibilidad sanitaria necesita de la libre elección para cubrir las futuras necesidades de los pacientes
Más allá de todas las implicaciones, buenas, que tiene la opción de tener la libre elección de hospitales y doctores a cargo de los pacientes, deberíamos tener claro que el sistema sanitario se debe a ellos y que todo buen servicio debería buscar cubrir sus necesidades. Ese debería ser el gran objetivo (que a la larga beneficiará a la sostenibilidad de la sanidad).
Además, la libre elección permite crear pacientes mejor informados, porque significa tener en cuenta sus valores y preferencias, informándoles adecuadamente, algo que contribuye a reducir la frecuencia de visitas innecesarias a los centros de salud. Cuando hay transparencia informativa y fluye la información tenemos una mejora en la asistencia sanitaria por la mayor disponibilidad de acceso a las pruebas médicas, lo que da una agilidad y seguridad a los médicos por saber que no tienen que repetir, como a veces sucede, y por no tener el historial a mano, pruebas que no serían necesarias (por ejemplo esto es algo por lo que está apostando la sanidad privada con su plataforma "Mi e-salud").
Recordemos, además, que la parte del Producto Interior Bruto destinada a Sanidad por el Gobierno en los PGE será del 5,8% para 2018, lo que supone una reducción con respecto al importe asignado en este año de un 0,2% (lo que implica que el peso de la sanidad en el PIB alcanzará el año que viene su mínimo histórico). Sin embargo, esto, que supone una desinversión y tiene sus implicaciones, al paciente termina por darle igual, porque lo que el mismo quiere es que se resuelva su problema de salud, y además sin importarle la titularidad del centro donde es atendido. Es decir, si tal médico le cura o le soluciona lo que le pasa.
Si tenemos claro que uno de los problemas a los que se enfrenta la sanidad es a una mayor población en edad avanzada y en consecuenta a la cronicidad de los enfermos, todo lo que suponga compartir información sanitaria, ayudará a mejorar la atención, pese a la menor inversión, e incluso a que el paciente pueda autorizar a que tengan acceso a su historial médico por el bien de cubrir esa necesidad de cada paciente.
Y todo esto que comentamos, buscar una mejora en la comunicación con los pacientes, pasa irremediablemente por la libre elección. O dicho de otro modo, y para simplificarlo, por diferenciar entre sanidad buena o mala y no entre sanidad privada o pública. Eso es lo que de verdad nos importa y por lo que aboga el modelo mixto en sanidad, un modelo en donde se refuerce la colaboración entre la sanidad pública y la privada.
martes, 10 de octubre de 2017
La importancia de la libre elección para el sistema sanitario
Las administraciones públicas son las encargadas de ofrecernos los datos relativos a cómo están las listas de espera (especialmente las quirúrgicas) en las respectivas comunidades autónomas. Se sienten transparentes por indicar cómo están, pero no es que ofrezcan (algunas comunidades) la información con una mínima periodicidad "admisible" (algunas dan los datos de seis en seis meses, cuando esa información debería ser de acceso inmediato para cualquier paciente).
Partiendo de esta "transparencia informativa", si lo podemos llamar así, y de saber cuál es la situación en cada comunidad, los pacientes deberíamos poder decidir donde y como ser atendidos, quien quiera optar por esa alternativa. Lo que viene a ser la libre elección.
Los españoles nos hemos acostumbrado a elegir, sabemos elegir y queremos elegir entre determinadas opciones, optando entre las posibilidades que les ofrece el mercado y pudiendo elegir aquellas que le parecen mejores o más convenientes con total libertad.
La Administración tiene el deber de propiciar el desarrollo de leyes para que los ciudadanos, independientemente de donde residan, puedan ser atendidos en donde y por quienes consideran como la mejor opción. Así, la clave de la modernización del servicio público sanitario, y por el bien de su sostenibilidad, reside en la libertad de elección, ya que se dota de contenido real el derecho de autonomía del paciente a exigir donde quiere ser atendido.
La libre elección se sustenta en los principios de libertad, competencia, eficiencia y transparencia que deben presidir la gestión de cualquier servicio público. Y en lo principal, que permite a los pacientes (lo de verdad importante en nuestra sanidad) poder participar más en las decisiones sobre su salud. Con la libertad de elección, en el sistema sanitario se gana que:
- las personas se sitúen en el centro de decisión (ellos eligen dónde y por quién ser tratadas),
- mejore la calidad (los ciudadanos muestran sus preferencias y facilitan una gestión de los recursos más eficiente para los responsables de los servicios),
- mejore la transparencia en la información (facilita la elección sobre quién nos va a atender y permite establecer incentivos a aquellos profesionales que son más demandados por los pacientes),
- mejore la accesibilidad (permite una prestación de servicios sin barreras y facilita, además, las preferencias horarias, de médicos y servicios),
- mejore la equidad (compensa las demoras en los centros y responde en un tiempo menor a cualquier necesidad de cada persona si sólo se pudiese utilizar un único centro de referencia).
viernes, 29 de septiembre de 2017
Cuando la solución para reducir las listas de espera queda en manos de los políticos no es buena idea
¿Qué hacen las CCAA para solucionar el problemón que tienen con las listas de espera? Teniendo claro que la solución la deben encontrar ellas mismas, barajan sus opciones, sin valorar otras posibilidades ya existentes y plenamente disponibles... por ser privadas.
En Valencia decidieron, por ejemplo, para reducir la lista de espera quirúrgica abrir los quirófanos los sábados, en primer lugar, para luego adoptar esta medida de apertura de los quirófanos a las tardes. ¿Y el pero? Que para abrir los quirófanos los sábados es necesario incrementar las plantillas fijas de los hospitales, con los profesionales sanitarios precisos para cubrir el servicio de quirófano (equipo de "anestesistas, radiólogos, farmacia, celadores" para programar las operaciones), algo que dadas las circunstancias actuales es prácticamente inviable, según los médicos de los hospitales donde se ha programado la apertura de los nuevos horarios de quirófanos.
La solución de la comunidad valencia ha supuesto de arranque realizar una inversión de 1,5 millones de euros para contratar nuevo equipo y poder potenciar el autoconcierto (en principio), dejando el plan de choque de las privadas, derivación de las operaciones necesarias a sus hospitales para reducir el tiempo de demora medio de espera, como "una medida complementaria" ya que resulta más cara.
¿Y qué es caro cuando estamos jugando con la salud de los pacientes? ¿Y más cuando se acaba de poner en marcha una prórroga presupuestaria en los Presupuestos Generales del Estado que va a frenar las inversiones en Sanidad? Pues supone un parón, ya que la base de cualquier autoconcierto depende del dinero que se destine de los PGE a las comunidades autónomas. Cierto que si se adapta el modelo mixto sanitario, hay inversiones que realizar, pero sobre una base ya constituida y la predisposición a ayudar y reducir las listas de espera.
Al final, todo se gira hacia lo que hagan o dejen de hacer los políticos, lo cual siempre provoca inquietud, y el que los pacientes tomen la libre decisión de ir a la sanidad privada para no tener que esperar tanto tiempo... Pero lo cierto es que la sostenibilidad de la sanidad no va a aguantar mucho recurriendo, por decirlo de alguna manera, a parches que enmascaren lo que se ve venir: el colapso de los servicios sanitarios.
jueves, 21 de septiembre de 2017
Reducir las listas de espera es competencia de las CCAA y los políticos
Todavía está reciente el plan de choque que propuso la sanidad privada para resolver el problema de la sostenibilidad del sistema sanitario (sobre todo la descorazonadora, por larga, lista de espera quirúrgica en las CCAA)... Y se sigue hablando sobre ello.
A la ministra de sanidad Dolors Montserrat, en el Congreso, la preguntaron que pensaba sobre esta propuesta de llegar a privatizar la gestión de las listas de espera, a lo que respondió:
"Los pacientes, que somos todos, son la razón de ser de nuestro Sistema Nacional de Salud (SNS). Desde el ministerio de Sanidad trabajamos cada día para consolidar la sanidad pública, favorecer la cohesión, la calidad y la equidad de la atención sanitaria que requieren los ciudadanos. Y lo hacemos siempre desde el respeto a las competencias de las CCAA y colaborando estrechamente con ellas que son las responsables de la sanidad en sus territorios y, por tanto, también de las listas de espera."Desde el Congreso la oposición indicó que privatizar no era solución, sin proponer ideas para arreglar el problema de las listas de espera mas que apelando al interés público. Tal y como están determinadas las competencias sanitarias, son las CCAA, en concreto los políticos, quienes tienen los mecanismos para dar con las soluciones que la ayuda financiera del gobierno permitirá, con los 5.300 millones de euros que los Presupuestos Generales del Estado van a dar a las CCAA, si una parte importante del mismo lo dedicaran a sanidad y a enmendar su precaria sostenibilidad.
La sanidad privada, a través de la Fundación IDIS, confía que las comunidades autónomas destinarán una parte de esa dotación extraordinaria, que comentabamos antes, a reducir el problema de las listas de espera quirúrgicas del Sistema Nacional de Salud: con menos del 30% de esa partida se podría acabar con esa espera quirúrgica antes de que finalice el año (la sanidad privada manejaba una inversión cercana a los 1.500 millones de euros para dejar la lista de espera a cero).
El ofrecimiento de la sanidad privada está encima de la mesa, pero los políticos, por señalarlos a ellos, tienen claro que no van a hacer uso de él. Lo cierto, pensando en el paciente, es que con las medidas habituales adoptadas hasta ahora no se ha conseguido reducir las listas de espera ni solucionar el problema de la sostenibilidad, y esa es la realidad.
Algo diferente hay que hacer para obtener resultados distintos que cambien el panorama actual. Por eso, los gobiernos autonómicos deberían pensar en lo mejor para el paciente y en que reciba la mejor asistencia (calidad, seguridad, resultados y confort) en el menor tiempo posible. Y tal como lo están pintando entre todos los "jugadores" parece que todo se resume a decidir que parte del presupuesto va dedicada a sanidad y como se gestionará. Cuesta creerlo, la verdad.
jueves, 7 de septiembre de 2017
Los planes de choque de la sanidad privada o la pública deberían tomarse como un paso adelante hacia la sostenibilidad del sistema sanitario
La sensación que tenemos los pacientes de cómo es el servicio que recibimos de la sanidad no es nada bueno. De hecho una amplia mayoría de los madrileños, por citar un ejemplo de una última encuesta realizada por Facua, cree que la sanidad ha empeorado durante los dos últimos años. Todo esto se ve refrendado con datos como que:
- Las listas de espera con los especialistas de Sanidad son muy altas debido a la "saturación"
- Los plazos de espera para las pruebas diagnósticas (radiografías y análisis) son excesivos
- Las esperas para las intervenciones quirúrgicas son desmesuradas.
En resumen, que el problema con la sostenibilidad del sistema sanitario (que son los puntos que hemos destacado con anterioridad) hace acto de presencia en toda su plenitud. ¿Y ante estos problemas cuáles son las soluciones o alternativas que hay para cambiar ese punto de vista?
La sanidad privada entiende que puede ayudar bastante y propone un plan de choque para atacar uno de los problemas principales: reducir el tiempo de demora medio (115 días) en las listas de espera quirúrgica y lo que eso implica (sostenibilidad) como representación del déficit de calidad del sistema. E incluso llega a detallar su plan por autonomías según las necesidades de cada una para así dejar las listas de espera quirúrgicas a cero.
Y lo que uno puede llegar a entender en esta propuesta como un punto de arranque desde el que empezar a dialogar para buscar soluciones, se topa con un rechazo por parte de la comunidad de madrid, que entiende que esa reducción de la lista de espera quirúrgica que le supondría 146 millones de euros lo va a conseguir con su propio plan (que no funciona porque la demora media sigue aumentando) y con el aumento de la eficiencia de los recursos propios.
La cuestión es que pensemos lo que pensemos, el problema evidente, para muchos menos para los políticos, está en que la sanidad pública no llega si no se la ayuda. Vale que el plan de la sanidad privada requiere de una financiación importante a cargo del Ministerio de Sanidad, si lo vemos desde ese punto de vista. Pero si lo miramos de otra manera, las listas de espera quirúrgicas, pacientes que tienen que ser operados, siguen creciendo sin parar, y eso es inadmisible.
Es un plan de choque, o una propuesta desde la que empezar a dialogar. La sostenibilidad del sistema sanitario requiere de la sanidad pública y de la sanidad privada unidas.
jueves, 3 de agosto de 2017
El problema con la sanidad debería preocupar más a los españoles
Se dan a conocer datos del Eurobarómetro por la Comisión Europea y éstos muestran que uno de cada cinco europeos (20%) consideran a la salud como el asunto más importante al que se enfrentan sus países en la actualidad, situándose como la tercera preocupación por detrás del desempleo y la inmigración. ¿En España? Pues ocupa esa misma tercera posición, pero con un 15% de preocupación. ¿Por qué esa diferencia de criterio? ¿Cuál es la razón para que aquí le demos menos importancia a los problemas de sanidad que tenemos? ¿O que nos preocupe menos?
Uno piensa que es por desconocimiento, o porque sólo se es consciente del problema cuando vives en primera persona una situación complicada con el sistema sanitario: eternas listas de espera y cronicidad de los pacientes atacando de pleno a la sostenibilidad del sistema... Y un ejemplo claro de todo esto lo tenemos con las personas dependientes que no pueden ser atendidas o recibir ayudas porque sufren esa falta de sostenibilidad del sistema sanitario.
Que 320.000 personas dependientes estén en lista de espera esperando a recibir prestación o atención, y que la disparidad en los datos entre comunidades autónomas sean tan altos implica una preocupación que sí deberíamos tener en cuenta en las encuentas que nos realizan (por ejemplo, para acabar con esta lista de espera se necesitarían entre 4/5 años).
Las asociaciones ponen mucho de su parte e incluso comentan y pelean porque las listas de espera sigan reduciéndose más, pero con los políticos desviando la atención de los problemas reales y no queriendo ver las diferentes soluciones que hay disponibles, seguiremos con esa falta de preocupación que seguimos demostrando. Y lo cierto es que en cuestión de salud a todos los españoles nos termina tocando tarde o temprano.
viernes, 21 de julio de 2017
La libre elección de hospital reduce las listas de espera y mejora la sostenibilidad del sistema sanitario
Vale, es un chiste y puede llegar a provocarnos hasta gracia la situación. ¿Nos lo imaginamos de otra manera? Lo triste es que no. Lo cierto es que se deberían buscar soluciones para que eso no pasase, ni diese lugar a un chiste. Por aquí hemos hablado ya del problema de las listas de espera y de que el tiempo de espera de las mismas se haya ampliado tanto (no al nivel del chiste, pero la variable tiempo en el tema salud no se lleva bien), incluso de cómo afecta a la sostenibilidad del SNS y lo que supone no valorar un modelo mixto, por empecinamiento político, como alternativa a corregir de alguna manera esa variable tiempo.
Se apunta, en varias noticias que han aparecido durante la semana, que aquellas comunidades autónomas donde los ciudadanos y pacientes tienen libre elección para elegir centro sanitario, ven muy reducidas las listas de espera quirúrgicas. Como explica Jesús Sánchez Lambas, vicepresidente ejecutivo del Instituto Coordenadas:
“Es significativo que, en aquellas comunidades en las que los pacientes pueden seleccionar libremente hospital público para una intervención quirúrgica, como es el caso de País Vasco, Madrid o Andalucía, las listas de espera quirúrgicas están muy por debajo de la media nacional. Desde el Instituto consideramos decisivo el impacto de la libre elección sobre las listas de espera, ya que posibilitan mejores tiempos de respuesta a los usuarios”
Es decir, existe una correlación que permite mejorar la sostenibilidad del sistema sanitario (y tenemos claro que eso es lo mejor que puede pasar).
Dado que los datos parecen demostrarlo, sobre todo si se comparan las cifras de pacientes esperando en las listas de espera en Cataluña, sin libre elección, y Madrid, con libre elección, conviene tener en cuenta esta opción. Pero claro, si tenemos tantos sistemas sanitarios como comunidades autónomas y el sistema nacional de salud no impone o regula, nos seguiremos topando con la misma piedra en el camino. Y lo importante, no lo olvidemos, es la sostenibilidad... sin ella difícilmente mantendremos una sanidad universal.
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lunes, 10 de julio de 2017
El problema real de la Sanidad es la sostenibilidad, pero aún no lo vemos
La situación de la Sanidad es el quinto problema que más preocupa a los españoles (10,3 %), lejos del paro (71,2 %), la corrupción (49,1 %), los problemas económicos (21,7 %) y la clase política (20,9 % de entrevistados), según la encuesta realizada para el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) correspondiente al mes de junio. Respecto a los problemas personales que afectan a los encuestados, la Sanidad va seguida de los problemas sociales, la educación y los relacionados con la calidad del empleo.
Las respuestas a la encuesta son espontáneas, y quizás ahí radique el hecho de que otros problemas aparezcan antes entre las prioridades de la gente: están más presentes en el día a día. Aun así, a nivel personal, el tema de la Sanidad importa mucho. Y no es para menos si pensamos en la cronicidad como uno de los principales desafíos en Medicina hoy en día (junto a los avances tecnológicos), en las listas de espera y los efectos que tienen para la salud que éstas sean tan largas, los recortes sanitarios y como se ve afectada la sostenibilidad del sistema... Todos ellos problemas que poco a poco tienen que ir preocupándonos cada vez más, no lo olvidemos.
Y esa preocupación debe elevarse a las personas encargadas de tomar las decisiones, cómo van a dar solución a esos problemas. La cronicidad, las listas de espera, la sostenibilidad del sistema no es algo que esté todos los días presentes en la prensa, pero desgraciadamente uno no es consciente de cómo está la cosa hasta que le toca vivir en primera persona la situación real del sistema sanitario.
Esperemos que los políticos no se queden en que se trata solo del quinto problema y piensen que es un problema tan importante como los que tiene por delante. Además muy real. Y no para de empeorar por no dar soluciones que ya están disponibles. Convendría dejar las discusiones entre si es mejor lo público o lo privado, y pasar a lo principal: tener un sistema sanitario sostenible en el futuro.
viernes, 30 de junio de 2017
Solo con mirar a las listas de espera se ve el problema de no valorar el modelo mixto sanitario
Por aquí ya hemos repetido varias veces que el objetivo para mejorar el sistema nacional de salud se debía enfocar en solucionar el tema de su sostenibilidad (tenemos el ejemplo de invertir en I+D para reducir el gasto sanitario en 1% por un menor tiempo en la estancia de los enfermos en el hospital). Uno de los problemas principales que afecta de lleno a la sostenibilidad es la cronicidad de los enfermos. Y si seguimos con la relación esto también afecta de lleno al problema de las listas de espera: se vuelven eternas. Si pensamos un poco, la secuencia es sencilla:
+ crónicos = + listas de espera = empeora la sostenibilidad = SNS va en picadoPor lo tanto, si se buscan soluciones a la cronicidad y las listas de espera es evidente que algo conseguiremos arreglar en la sostenibilidad del sistema sanitario, ¿no?
¿Por qué llegamos a esas listas de espera que no paran de aumentar y que tanto asustan en los tiempos de asistencia que dan a los pacientes? Sencillamente porque no aprovechamos de forma correcta todos los recursos que dispone el sistema sanitario (ya sea público o privado). Y por ahí, las listas de espera se disparan.
Tenemos el ejemplo del Hospital de la Ribera, donde la intervención de la consejería de sanidad de la comunidad valenciana está siendo caótica: se empeña en que no puede haber modelo mixto sanitario que valga, por mucho que se demuestre que el funcionamiento de este hospital es bueno. Esa intervención de la consejería de sanidad está motivando que la lista de espera en este hospital no pare de crecer, y eso que antes la gestión de la misma, sin esta "ayuda", era eficiente. De nuevo el problema político hace presencia. ¿Por qué tocar algo que funciona? ¿Aunque sea sanidad privada?
Resulta que para dar solución a un problema real como es el de las listas de espera (demora media para poder operarte dentro de nuestro sistema nacional de salud está ya en 115 días) pasa a convertirse más en un problema político que en otra cosa, afectando a quien importa: los pacientes. Como bien explica Carmen Flores, presidenta de El Defensor del Paciente:
Los tiempos de espera están muy igualados. Son extremadamente altos y cada año va a peor. Y eso que no han especificado la cantidad de tiempo que los pacientes esperan hasta que les ponen en tratamiento. Si no, serían muchos más. Esos 115 días no constituyen una cifra real; como mínimo serían unos 200 de espera aproximadamente. Porque hoy, para pedir una prueba de diagnóstico, te dan cita para 2018. Es una locura.
No se trata de entrar en detalle y a cabrearse más por como estamos y donde vamos, pero si la sanidad pública no llega, y la sanidad privada se ofrece como aliado para aligerar las listas de espera, ¿por qué los políticos siguen negando la necesidad de una colaboración real entre el sistema público y el sistema privado para hacer posible su buen funcionamiento y su sostenibilidad?
La realidad, por los datos, demuestra que es imprescindible emplear todos los medios hospitalarios, tanto públicos como privados, para reducir esos tiempos de espera y ofrecer un servicio de calidad mínimo, sobre todo pensando en esos enfermos crónicos y en la sostenibilidad de nuestro sistema de salud.
viernes, 23 de junio de 2017
Invertir en I+D supone mejorar en la sostenibiliad del sistema sanitario
Según un estudio de la Universidad Carlos III y de la IE Business School resulta que cuanto más investigan los hospitales o más publicaciones científicas sacan, estos tienen mayor eficiencia hospitalaria en la atención a los pacientes. El estudio, publicado en Research Policy, y de abril de 2017, incide en que aquellos hospitales que son capaces de producir más conocimiento, por las investigaciones y publicaciones que saquen, van a ser los mejores tanto en diagnóstico como en tratamientos y en operaciones quirúrgivas. Aplicando todo esto a la sostenibilidad del sistema sanitario, que es lo que al final interesa, va a contribuir a reducir la estancia media de los enfermos en el hospital.
Y todo esto consigue, que es el otro punto a destacar del estudio, y siguiendo con la línea sobre sostenibilidad, que esa bajada en la duración de la estancia media de los enfermos, implicará una reducción en el coste de la sanidad, con lo que eso supone de financiación extra. La lógica de los autores del estudio es de agradecer:
"Teniendo en cuenta que aproximadamente el 9% de la población está hospitalizada a lo largo del año, cada día de estancia en los hospitales supone un coste anual por enfermo de unos 660 euros".
¿En qué se refleja ese ahorro conseguido con los pacientes estando menos tiempo ingresados? El estudio muestra que si se incrementara la producción científica de forma significativa, se reduciría el gasto sanitario alrededor de un 1%. Multipliquemos ese porcentaje por el importe del gasto sanitario total y veremos en grandes números la cantidad ahorrada.
¿Qué hacen los políticos o los responsables de la financiación? Pues en vez de invertir, que no gastar, más recursos en I+D para conseguir todo eso que comentábamos en los párrafos anteriores, deciden reducir la cantidad de dinero destinada a estas partidas, que afectan y mucho, como se puede ver, a la sostenibilidad del sistema. Así que en vez de entrar en discusiones sobre qué sistema sanitario debemos tener, se debería valorar mucho más en qué partidas buscar la reducción del coste, aceptando que si esto funciona, ¿por qué no se va a conseguir lo mismo con otras partidas con gastos recurrentes que no se quieren optimizar? Se debe insistir en lo mismo: lo que importa es la sostenibilidad del sistema, y opciones para conseguirlo hay. Toda reducción en gasto suma. Y no, eso no supone un problema.
viernes, 16 de junio de 2017
Para potenciar la innovación del sistema sanitario, antes hay que garantizar la solvencia y la sostenibilidad del mismo
Cualquier tema o análisis que se realice sobre el Sistema Nacional de Salud debe ir más allá de la pelea sanidad pública vs sanidad privada y enfocarse más en su sostenibilidad y su solvencia, sobre todo en una época de recortes en los recursos disponibles, que afecta además al papel a desempeñar por la innovación dentro de este sector y a como la vamos a financiar (de ahí que toda ayuda que venga siempre es buena). Lo cierto es, según los expertos, que garantizando la solvencia y la sostenibilidad del sistema sanitario potenciaremos la innovación. Si es así, parece evidente la línea hacia la que hay que trabajar.
"La Sanidad Pública está en una situación delicada. La crisis que empezamos a remontar se manifestó con una limitación de recursos y con un freno a cualquier iniciativa de modernización y reforma. El sistema sobrevive en parte gracias a la voluntad de los profesionales y de los gestores, pero esto ni puede ni es suficiente. Por ello, parece necesario un replanteamiento del sistema, en el que tenga importancia la innovación tecnológica y muy especialmente la organizativa, que haga frente a las ineficiencias conocidas”, declaró Juan E. Del Llano Señarís, director de la Fundación Gaspar Casal durante un encuentro anual de política y gestión en salud organizado por su fundación, y donde se analizó la solvencia del SNS.
Por otro lado, la presidenta de COTEC, Cristina Garmendia, ha señalado que “nuestra sanidad afronta grandes retos que demandan más y mejor innovación, en cuyo abordaje debemos saber combinar criterios de coste-efectividad basados en la evidencia”. Además, en materia de gobernanza de la innovación, “los responsables de innovación de cada sistema regional de salud comparten, en gran medida, los mismos problemas, y que es preciso mejorar la coordinación para generalizar la adopción de soluciones ya probadas con éxito en alguno de los territorios”.
Ese replantamiento del sistema y de la suma de solvencia e innovación, proviene de buscar oportunidades a su financiación y de ver a ésta como una inversión y no como un gasto. Si la solvencia pasa por la sostenibilidad económica, que a su vez pasa por la reducción del gasto superfluo, siendo restrictivos donde compete (haciendo esto se puede seguir financiando la innovación), apoyando al crecimiento de quienes innovan e invertiendo en resultados eficaces... ¿por qué queremos ser contrarios a utilizar un sistema mixto en sanidad cuando éste es el único que está demostrando que garantiza la solvencia y la sostenibilidad y por tanto ayuda a la innovación? Teniendo claro donde radica el problema, más sencillo será buscar soluciones.
lunes, 12 de junio de 2017
No convirtamos la sanidad solo en un problema político y mas cuando se intenta ayudar
Uno se sorprende, y bastante, cuando lee que la donación de la Fundación Amancio Ortega de 320 millones de euros para que los hospitales públicos puedan renovar sus equipos de radioterapia genera críticas importantes de los políticos de las comunidades autónomas donde se van a realizar esas donaciones. Y lo más chocante, porque no se puede negar que da que pensar, es lo que dice Pedro Lara, presidente de la Sociedad Española de Radioterapia Oncológica, que lleva años denunciando la falta de recursos en los servicios públicos de salud.
Entonces, si es necesario renovar equipos, que pueden salvar vidas o mejorar la calidad de vida de los enfermos de cáncer, olvidándonos de que siempre deben ser los pacientes y los enfermos la prioridad en todo sistema de salud, ¿por qué no se agradece y se busca llegar a acuerdos que permitan mejorar o que ayuden a reducir las carencias que en equipos existe en la sanidad pública? ¿Por qué esta acción de la Fundación Amancio Ortega, que no del mismo Amancio, es considerada limosna por los políticos?
Recordemos que no es dinero lo que se está entregando, si no el valor en forma de equipos de radioterapia y que ese "dinero" no será gestionado por los políticos o los responsables de sanidad de cada comunidad. Y ahí, se puede pensar, quizás, que radica el problema. La Sanidad debe financiarse vía impuestos, correcto, pero si uno de los problemas del Sistema Nacional de Salud es precisamente que la financiación mediante esta fuente se ha visto reducida, valorar toda alternativa, que sume y no reste, siempre debe ser bienvenida. ¿Y si la aportación hubiera ido a parar a la sanidad privada porque la Fundación hubiera entendido que así se hubiera ayudado a subsanar la carencia que denuncia el presidente de la Sociedad Española de Radioterapia Oncológica, se hubiera criticado y a lo bestia aunque fuese donación? Seguro.
Centrémonos en lo importante: corregir las deficiencias del sistema y dejar de ver cualquier idea que lo ayude y mejore como un problema. Ese modelo mixto (sanidad pública y privada juntas dando servicio) es lo que está considerándose como el modelo que mejor ayuda, sobre todo, cuando corrige las carencias actuales, por más que los políticos piensen otra cosa. El error está en convertir la sanidad en un problema político. Justo lo que no debería ser.
jueves, 1 de junio de 2017
¿Cómo se valora el servicio de la sanidad privada? Cosas a tener en cuenta de cara a mejorar la sanidad
Deberíamos dejar de plantearnos si es mejor la sanidad privada o la sanidad pública. Lo que de verdad deberíamos plantearnos es tener un buen sistema de salud, que solucione los problemas actuales que tiene, como el tipo de atención que reciben los pacientes y la sostenibilidad del mismo. Eso sería lo normal y lo importante, buscar lo mejor más allá de criticar el sistema.
¿Qué se debe valorar de un barómetro que mide el grado de satisfacción en el paciente con la sanidad privada? ¿Y cuando el 92% de los encuestados responden que recomendarían a otras personas el uso de sus servicios? Lo hace bajo una muestra de personas que tienen seguro de salud y hacen uso de la sanidad pública. Así que la percepción de la calidad del servicio que reciben es buena. ¿Por qué no tenerlo en cuenta y no dudar del mismo?
Eso indica, entre otras cosas, el Barómetro de la Sanidad Privada 2017 elaborado por la Fundación IDIS, y que valora, además, las ventajas y desventajas de la privada (rapidez y agilidad frente a coste e innovación).
Usar los datos de los estudios, informes o barómetros debe servir como punto de arranque desde el que deben empezar a conversar todos los actores involucrados en la pelea de si es mejor uno u otro tipo de sanidad. Y, sobre todo, dejar de politizar esta discusión que no lleva a ninguna parte. ¿Qué tiene de bueno cada sistema? Ponerlo en una balanza, coger lo mejor de cada uno y responder a los problemas. Esa tiene que ser la única discusión posible, y siempre en busca de dar el mejor de los servicios.
viernes, 26 de mayo de 2017
El sistema sanitario español está bien valorado a nivel internacional en calidad y asistencia
Ha publicado un informe la revista The Lancet, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, donde se analizan los sistemas sanitarios de cada país, valorando su calidad y acceso a la atención sanitaria, y además, permitiendo conocer la evolución de la misma durante un periodo de 25 años.
Lo que nos interesa es que este informe asegura que España se encuentra en el ranking de los diez países mejor posicionados, en concreto en el puesto 8 de 195 países, sumando más de 15 puntos en el índice en ese periodo de 25 años, según los párametros que se utilizan para recopilar y valorar los datos. ¿Quién ocupa el primer puesto? Andorra es el líder en atención sanitaria. Curiosamente, con un sistema de salud que es de copago.
Además, el estudio demuestra que no siempre tener un mayor desarrollo, una economía más fuerte o un PIB más elevado te sitúa, desde el punto de vista sanitario, por encima de otros países (se llama la atención sobre Estados Unidos o Reino Unido, por ejemplo, que están alejados de los primeros puestos), contrario a lo que podríamos pensar en un principio.
Por otro lado, en relación a España, y viendo el resultado de Andorra y como es su sistema sanitario, uno entiende que en el buen resultado obtenido algo habrá tenido que ver el apoyo del sistema privado complementario, sobre todo, porque descarga de presión asistencial y financiera al sistema público, y lo que importa al final, hace al sistema sostenible (calidad y acceso sanitario).
Si tienen que venir de fuera a mostrar que nuestro sistema sanitario público y universal es bueno, con la ayuda de la sanidad privada (conviviendo los dos juntos), ¿por qué seguimos con el empecinamiento de negar los beneficios de este sistema combinado de forma global? El objetivo, como a la larga nos está diciendo el informe, no debe ser otro que perseguir y lograr los mejores resultados de salud (lo mejor para los pacientes). Y recordemos que se está midiendo la calidad y el acceso a la atención sanitaria, lo que de verdad importa, entre otros retos.
jueves, 18 de mayo de 2017
Los temas candentes de la Sanidad Española para 2017
Se presentó hace unos días, a cargo de Diario Médico, el Informe "Diez Temas Candentes de la Sanidad Española para 2017", que hace hincapié en los retos a los que se va a tener que enfrentar el Sistema Nacional de Salud. Estos, resumiendo, van en línea con el inmovilismo que muestra el sistema ante los nuevos desafíos (viviendo siempre en el pasado), con sus problemas de financiación y su dar la espalda a la innovación, afectando de pleno a la transformación digital que el SNS debe llevar a cabo, con no tener al paciente como el centro real sobre el que debería girar todo y con no mostrar, de forma clara, cuál es y debería ser la relación real con la sanidad privada (sólo se ven las críticas y los peros cuando hay sus cosas buenas).
El problema de financiación, sobre el que se suele volver, ha venido motivado por el recorte de Hacienda a muchas partidas presupuestarias. Esto ha motivado que el complemento de la sanidad privada haya subido debido a esa congelación presupuestaria de lo público, pero con matices y no al nivel que algunos nos quieren vender, como apuntan en el informe:
"No hay datos que avalen la idea de que avanza una privatización creciente del sistema público. De hecho, la cifra facturada al sistema público por el sector privado concertado, se ha mantenido prácticamente en el mismo nivel que antes, representando un porcentaje muy bajo del total del gasto."Entonces, y en lo que afecta a los pacientes, ¿dónde estaríamos? ¿Cuántos de esos problemas se le achacan a la sanidad privada cuando en realidad pueden ser parte de la solución o la respuesta ante esos temas candentes?
Se ha perdido flexibilidad e impulso para adaptarse a los nuevos desafíos de los pacientes (el problema con los crónicos es ya real y en vez de ir a menos va a ir a más) y de la tecnología necesaria para transformarse y adaptarse a la nueva realidad. Y la sensación ante cualquier avance que se quiera hacer es que va muy lento (aunque la sanidad pública haga razonablemente bien lo que hacía bien antes, pero no todo lo que se demanda o requiere de cara al futuro).
Al final, lo que debermos tener claro es que la relación con la sanidad privada no debe ser un problema, tampoco la solución es acabar con ella. Son más las cosas buenas que puede aportar, sobre todo, si da luz a gran parte de los temas candentes que hace referencia el informe. Y si suma, ¿por qué negar esto?
martes, 9 de mayo de 2017
Empleo y ahorro con la gestión privada de la sanidad
Tal y como tenemos ahora nuestra sociedad, dos de las cosas que más valoramos que se gestionen bien son tanto la creación de empleo, como la reducción en el gasto público de cualquier servicio que no suponga un coste adicional para los bolsillos de los ciudadanos.
Si los datos demuestran una cosa y los políticos, "por el interés público", hacen justo lo contrario, algo no cuadra, o se entiende que no se está obrando con sentido común.
Salieron los datos de la EPA del primer trimestre de 2017, y mirando los números relacionados al sector sanitario, la sanidad privada ha ganado más de 9.000 empleos procedentes del descenso en el número de trabajadores de la sanidad pública, según datos comparados de 2016 y 2017. Siendo esto así, ¿si el excedente de trabajadores de la sanidad pública es absorbido por la sanidad privada, por qué se ponen trabas a esta última pudiendo ayudar en la creación de empleo?
Vayamos con otro apunte. El Gobierno de la Comunidad Valenciana decide no prorrogar los contratos de las concesiones de los hospitales concertados del modelo Alzira. Lo que extraña de esta decisión es comprobar que si uno va al informe de auditoría sobre la gestión de algunos de los hospitales concertados comprueba que su paso a la gestión pública costará dinero a los contribuyentes. Por ejemplo, la gestión privada de Manises ha ahorrado el 25% del gasto corriente sanitario público en relación con otros hospitales comarcales del mismo tamaño y de control directo.
La gestión pública de la población protegida del departamento de Manises "implicaría un mayor desembolso anual por gasto corriente sanitario en torno a 42,5 millones de euros", según detalla el informe del órgano fiscalizador que analiza las cuentas de la concesión entre 2009 y 2015.
Si ya vamos al coste per capita de la población de recibir o no la asistencia sanitaria privada, la sanidad valenciana se estaría ahorrando 117,2 millones de euros anuales gracias al sistema concesional. Entonces, ¿qué razones hay para no seguir con la sanidad privada si se demuestra que hay ventajas evidentes en seguir con estas concesiones? Por lo menos, da que pensar, y más cuando el gobierno tendrá que correr con los costes económicos y laborales que acarreará esta decisión... y ese gasto adicional habrá que sacarlo de algún lado, ¿no?
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